Ahora resulta que los "mercados" -el estúpido eufemismo que encubre al selecto grupo de canallas internacionales que han propiciado el actual desastre económico-financiero en su propio y galáctico beneficio-, reprochan a gobiernos como el del blandito Zapatero que no sean capaces de tomar medidas que aumenten el volumen de lo que vienen rapiñando. Hay que "desregular" el "mercado de trabajo" hasta el punto de que los asalariados envidien la condición de esclavos, único modo nos dicen de que las economías patrias levanten cabeza; hay que acabar con las pensiones, los subsidios a los parados, los servicios públicos y demás dañinos generadores del déficit público, ése maldito freno a la libertad de mercado que ahoga la inversión privada y evita que el presupuesto público se invierta en las únicas áreas que realmente interesan a la derecha patria, que como es sabido son la represión física e ideológica de la ciudadanía mediante la policía, el Ejército, la Iglesia y la judicatura.
Y mientras estos animales arrecian en su ofensiva, por ahí va el antiguo paleta Corbacho, ministro de Trabajo o eso dicen, balbuceando por las emisoras de radio que por sus gónadas aquí todo Cristo se va a jubilar a los 67 años, le guste o no. Olé el ministro que vino del pueblo. ¿Y tú qué, pedazo de mamón, cuándo vuelves al andamio del que nunca debiste de bajarte y te jubilas con el sueldo que te corresponde por tu cualificación profesional y tu coeficiente mental? Te lo dice un socialista que luchó contra Franco cuando a tí ni te había pasado pasado por la cabeza afiliarte a un partido de izquierda, pedazo de nulidad.
Así es normal que luego salga Esperanza Aguirre, la gansteresa presidenta de la Comunidad de Madrid, proponiendo un Gobierno de Concentración Nacional (de campo de concentración nazional, en realidad), entre el PP y el PSOE en el que don Cristobalito Montoro sea ministro de Economía y Javier Arenas de Trabajo; coño, se le ha olvidado proponer al coronel Antonio Tejero como Defensor del Pueblo y a Belén Esteban como ministra de Cultura. Para mí que la gansteresa se chuta, y no precisamente con los goles de Cristiano Ronaldo.
Cada día que pasa España es un país más raro. Los sindicatos salen a la calle a defender las pensiones y la edad de jubilación, y la extrema derecha española -que es toda la derecha española, en realidad-, les reprocha que no asalten el Palacio de Invierno. ¿Pero dónde infiernos hemos llegado? Los mismos bandidos que nos roban, que nos atracan, que se llevan cientos de miles de millones de euros del erario público como "compensación" a lo mal que lo están pasando sus bancos y empresas, le echan en cara a sus víctimas que no actúen contra un Gobierno al que si algo cabe reprocharle es su papel de don Tancredo, "quieto parao" y con la respiración contenida en medio del redondel hispano. ¿Cabe mayor cinismo?.
Oigan, si quieren asaltar Palacios de Invierno vamos a empezar por los bancos, empresas y chalets de toda esa gentuza que han amasado fortunas descomunales en la última década y pico gracias a la especulación inmobiliaria salvaje y el blanqueo del dinero proveniente del narcotráfico. ¿Para cuándo ése asalto?.
En la imagen, el general Francisco Franco -verdadero inspirador ideológico del PP español-, en compañía de unos amigos, en aquellos tiempos en los que el gobierno era de verdadera concentración nacional.