El patio de los Leones de la Alhambra (Granada)

Por Lparmino @lparmino

Patio de los Leones de la Alhambra, Granada
Fotografía: Fernando Martín - Fuente


La reciente apertura del patio de los Leones en la Alhambra ha recuperado para el público uno de los espacios más significativos del conjunto palaciego granadino. Tras un arduo trabajo que se ha prolongado durante cerca de diez años, los técnicos han conseguido recrear el espacio original, eliminando todas las intervenciones posteriores que habían generado alteraciones artificiosas del conjunto. Simultáneamente a la actuación de los restauradores, se ha generado un intenso debate sobre cómo debía afrontarse ese proceso complejo de restitución. Durante esta década de trabajo también se realizaron trabajos arqueológicos en el mismo patio así como una intensa y extensa investigación documental que ha permitido precisar de forma más o menos exacta el aspecto original del conjunto que es el que se muestra ahora al público. Otra importante novedad es la eliminación de las antiestéticas barreras que impedían la libre circulación de los visitantes por el patio así como su contemplación.


Fuente del patio de los Leones antes de la restauración
Fotografía: Fernando Martín - Fuente

El palacio de los Leones, uno de los más interesantes del conjunto de la Alhambra granadina, se articula en torno a un patio rectangular de proporciones exactas conformado por dos cuadrados simétricos. El centro está dominado por una gran fuente compuesta por un total de doce esculturas zoomorfas que representan a leones sobre los que descansa la pila de la fuente, decorada con una inscripción atribuida al poeta Ibn Zamrak en la que se ensalzan las glorias del sultán Muhammad V, patrocinador de este espacio durante su segundo mandato sobre el reino nazarí de Granada entre 1362 y 1391. Como comentan desde el propio Patronato de la Alhambra, este espacio sirve de culminación y es representativo de todos los estilos estéticos desarrollados por el arte nazarí, tanto en lo referido a la arquitectura como a las artes decorativas. El patio se encuentra rodeado por cuatro galerías en las que se contabilizan hasta ciento veinticuatro estilizadas columnas de mármol, destacando en todo el conjunto la riqueza decorativa. Al patio se abren las diferentes dependencias (la sala de los Mocárabes, la de los Reyes, la de los Abencerrajes y la de las Dos Hermanas), destacando en los lados cortos dos templetes que se adentran en el patio.
Los trabajos de restauración e investigación arqueológica y documental del patio han permitido su restitución. Como ha señalado Pedro Salmerón para el diario El Mundo(artículo de José A. Cano publicado el 27 de julio de 2012) los trabajos se han encaminado a devolver al patio su aspecto más próximo al original, en concreto al momento en que los Reyes Católicos conquista la ciudad. El piso del suelo sería cambiado más tarde por otro de cerámica que, a su vez, sería levantado por los franceses durante la Guerra de la Independencia cerca de 1810, sustituyéndose por un jardín. El trabajo de restauración ha recuperado el suelo de mármol blanco, con una superficie de cuatrocientos metros cuadrados y doscientas cincuenta piezas, todas ellas de distintas dimensiones y pesos. El nuevo aspecto permitirá, también, que el público pueda caminar libremente por el patio.   

Detalle de la fuente de los Leones
Fotografía: Fernando Martín - Fuente

Obra cumbre en todo el desarrollo artístico hispanomusulmán son los leones que sustentan la pila de la fuente central del patio al que dan nombre. Si bien es cierto que el Islam mantiene un precepto que prohíbe la figuración de seres animados, no es menos verdad que esta obligación fue obviada repetidamente, sobre todo en las decoraciones destinadas a espacios privados. Su proceso de restauración ha sido laborioso y largo, prolongándose desde el año 2002. De nuevo, se han restituido a su espacio original y toda la fuente ha recuperado su antiguo esplendor, desde el punto de vista estético e, incluso, técnico ya que se ha recuperado el circuito hidráulico original. Las doce esculturas representan a seis leones y seis leonas, todas ellas individualizadas aunque posean unos rasgos comunes. Su cronología ha despertado una interesante controversia ya que algunos estudiosos la sitúan en el un periodo similar al que se levantó el palacio; otras teorías, sin embargo, consideran que las esculturas son del siglo XI, de la Córdoba califal, atendiendo a criterios estilísticos y a ciertos paralelismos. (Respecto a su interesante iconografía, se puede consultar un artículo publicado en 1993 en Cuadernos de Arte e Iconografía).
La recuperación de esta espacio abre la posibilidad al público de poder contemplar en su aspecto más cercano al original una de las obras fundamentales en el arte islámico, en cuyo desarrollo el agua juega un papel de importancia fundamental como elemento estético de primer orden. Como escribían al principio de su artículo “Y de agua hicimos a todo ser viviente: el agua en el Islam” (en Descubrir el arte islámico en el Mediterráneo, publicado por Musée Sans Frontières en el año 2007) Sheila Canby y Zena Takieddine: “El hombre ha ideado diversos sistemas para disponer de un suministro de agua regular y suficiente para uso personal, ritual y agrícola. En el Islam se considera especialmente sagrada porque, según el Corán, es el secreto de la vida”.
Luis Pérez Armiño