El local tiene un punto acogedor mezclado con elementos cutres-cañí. Una distribución con recovecos hace que haya mesas muy apañadas y otras muy juntas, rodeadas de elementos clásicos, aparadores, estantes, desorden, patos, espejos antiguos y un poco de caos vintage que tiene su puntito.
El servicio fue bueno y agradable pero, a partir de ahí, nada más. La comida no es muy buena o al menos no la que pedimos:
- Sepia "Casa Chiva": empanada con ajo frito y lombarda. La pedimos por no ser algo muy típico. La sepia que normalmente se toma a la plancha con un rebozo al estilo de los calamares pero en plan grasiento. No está mal, incluso la disfrutarás, si te gustan las cosas chorreantes.
- Mejillones en salsa "lola" que era una salsa marinera muy buena con unos mejillones que se anuncian como etiqueta negra pero que en realidad son de baja calidad.
- La paella: el principal y el motivo por el que fuímos por allí. Valenciana, con receta tradicional: pollo, conejo, judia verde y garrafón. Con un toque de romero y otro poco de balleta. O al menos a eso me supo en algunas zonas donde el sabor llegaba a ser desagradable.
- De postre una tarta de Santiago que pasó sin pena ni gloria... como toda la comida
Los precios están algo subidos de tono y el total para tres comensales sin vino pero con pan con tomate y ali-oli, un postre, un café, dos cokes y un agua fue de 30 euros/pax. Eso sí, si buscas en el Tenedor puedes reservar con la promo del 40% y quedarse un precio más apañado aunque nosotros te recomendamos que si lo que buscas es un buen arroz visites Si Quieres Arroz Catalina, L'Albufera o St. James que son los top de la paella en Madrid.
Ah! y como nota curiosa... y una de las cosas que me hizo pensar si era una trampa para turistas... esta descripción de lo que es una fideuá