El placer de los sentidos en el Restaurante Arola del Hotel Arts

Publicado el 18 mayo 2012 por Bcncoolhunter @bcncoolhunter

Hace unos días recibí una invitación muy especial para el Arola, el prestigioso restaurante del Hotel Arts. Situado a pocos metros de la playa de la Villa Olímpica de Barcelona, justo al lado del Pez dorado de Frank Gehry, este restaurante representa el destino ideal para los momentos mas especiales del paladar.

En el moderno y estiloso espacio del local, además de la comida de autor, hay una barra con dj set y una amplísima selección de cócteles preparados con fruta natural para empezar o terminar la cena.

El restaurante ofrece una interesante carta con cocina de autor obra del creativo chef Sergi Arola. Para haceros una idea de sus interesantes propuestas culinarias merece la pena probar el menú degustación, una selección de platos que bien resume la esencia del restaurante con su exclusiva reinterpretación de la cocina mediterránea tradicional.

El menú degustación es el resultado de la fusión de la cocina barcelonesa y la alta gastronomía, entre la amplisíma variedad de platos hay productos regionales como los guisantes con “espardenyes” o los boquerones, platos emblemáticos de Sergi Arola como sus famosas patatas bravas y platos provenientes de otras regiones del mundo para dar la vuelta al mundo con el paladar.

La inspiración con el mundo asiático y árabe en los platos se debe también a la experiencia que Miguel Ángel tuvo en el Bulli de Ferrán Adrià como también la manera de presentar los mismos a juego con sabores y texturas para una experiencia multisensorial.
Entre la variedad de platos del menú, probé la Gamba roja Kimchi, la Infusión de Dashi, el Huevo milenario, el Hummus líquido y Tajine de codorniz pero lo que más me encantó fue el Coco Thai helado servido con pan de gambas, su especial textura se disolvía antes de llegar al paladar dejando un dulce sabor en contraste con las gambas. Sin duda probar el menú del Arola ha sido un actividad que han disfrutado todos mis sentido, porque además de un buen sabor, la comida de alta calidad puede llegar a ser mucho más.