El porqué de escribir

Por Rms @roxymusic8

(Image source: estaestuobra.es)

Siempre he temido esa pregunta. Da igual el ámbito al que vaya referida. ¿Por qué? Simplemente hay cosas que se nos escapan. No podemos darles una explicación.

Envidio a todo aquel que puede contestar en cuestión de un minuto un test repleto de preguntas respecto a gustos musicales, películas, libros, lugares, comida y un largo etcétera. Tienen la respuesta en la boca y se muestran seguros al proyectarla. Aunque en este caso no se les pregunte por el porqué de esa elección, les admiro. Quizás es un defecto/virtud mío no tener un top 10 de todo aquello que puede albergar dicha clasificación. Defecto, porque es importante conocerse y saber por dónde van los propios tiros. Virtud, porque es bueno no tener algo como absoluto y considerar el valor del resto.

Volviendo al tema que nos ocupa, no se me ocurre mejor respuesta al porqué de escribir que porque me da la gana. Escribir es un placer. Unos nacen con un don y otros tratan de parecerse a éstos. Todos escriben porque les apasionan las letras. Quizás alguno escriba como terapia. Quizás otro lo haga por obligación. Quizás muchos escriban porque está de moda abrir una cuenta en algunas de las plataformas que utilizan los bloggers más reconocidos.

En cualquier caso, yo escribo porque, como he comentado más arriba, me da la gana. Sí, me da la gana disponer de más tiempo para pensar, de poder jugar con las palabras, de dar rienda suelta a la tinta y, sobre todo, me da la gana encontrar la mejor manera de expresar una idea cuando el directo o una circunstancia en concreto me lo impiden. Aunque no siempre suele resultar más fácil esta opción, no deja de tener cierto atractivo pararse ante una hoja en blanco y comenzar a garabatear palabras. Es increíble cómo empiezan a enlazarse unas con otras y formar una bonita historia, un pensamiento argumentado o, simplemente, un texto coherente.

Escribir ayuda a ordenar las ideas perdidas por la mente y lograr que el caos desaparezca convertido en una idea brillante. Escribir puede llegar a ser tan relajante como un paseo en barca, contemplar un atardecer o nadar en mar abierto. Escribir es apasionante y requiere de apasionados.