La Conferencia sobre fisiología
comparativa complejidad e integración de la Sociedad Estadounidense de Fisiología
que se desarrollara a partir de hoy en Nueva Orleans, explorará cómo el sopor
sintético puede ser inducido por el cerebro, sus similitudes y diferencias con
el sueño y cómo podría beneficiar al tratamiento de personas que sufren eventos
médicos traumáticos, como apoplejía, paro cardíaco y pérdida de sangre severa.
Los animales que hibernan tienen una resistencia natural a varias lesiones que
pueden ocurrir debido a la falta de flujo sanguíneo. También son resistentes a
las lesiones por radiación, tal resistencia sería especialmente beneficiosa
para los humanos. Los hibernadores naturales en las práctica médica actual usan
métodos basados en hipotermia para tratar pacientes con traumatismos. Se
desconoce cómo el sistema nervioso reduce la actividad metabólica durante el
letargo, sin embargo, muchos de los órganos que regulan el metabolismo están
controlados por células neuronas ubicadas en el rafe pálido, un área del tronco
cerebral que controla la producción de calor en los mamíferos y para que un
animal entre en letargo, las neuronas dentro del rafe pálido deben ser
inhibidas. La definición de la relación entre el sueño y el letargo ha estado
plagada de controversias, pero los dos estados parecen estar íntimamente relacionados
debido a las conexiones neuronales que comparten. La investigación sugiere que
la falta de fuentes de alimentos disponibles puede hacer que los mamíferos
conserven energía y reduzcan su temperatura corporal. Comprender cómo se
adaptan los animales en condiciones extremas puede jugar un papel positivo en
la ciencia médica humana, especialmente en el entorno extremo del espacio.
Encontrar una manera de inducir el letargo en los seres humanos podría ayudar a
eliminar los factores limitantes y protegerlo de las radiaciones dañinas.