Un nuevo enfoque de la investigación, junto con políticas públicas que apoyen la innovación médica ayudará a las compañías biofarmacéuticas a dar respuesta a enfermedades crónicas con consecuencias potencialmente devastadoras tanto personales como financieras, como el cáncer y el Alzheimer, según ha afirmado John Lechleiter, Ph.D., Presidente y Consejero Delegado de Eli Lilly and Company (NYSE: LLY).
Lechleiter ha realizado estas observaciones ayer en Londres durante la conferencia inaugural del encuentro 2011 Pharma Summit: Reinventing Pharma for a New Generation, organizado por The Economist. En su intervención, Lechleiter ha afirmado que se precisan dos condiciones imprescindibles para garantizar el futuro de la industria farmacéutica basada en la investigación: cambiar la manera en que las compañías realizan las investigaciones y políticas públicas que promuevan un entorno en el que la innovación médica pueda florecer. La carga de varias enfermedades está aumentando en muchos países, incluido el Reino Unido.
Según el Alzheimer's Research Trust, por ejemplo, más de 800.000 personas están directamente afectadas por demencia en el Reino Unido, lo que supone un coste de 23 billones de libras al año. Y sin embargo, justo cuando el mundo necesita desesperadamente más nuevos fármacos para enfermedades como el Alzheimer, "nuestra industria está tardando demasiado, gastando demasiado y produciendo demasiado poco", ha declarado Lechleiter a la audiencia.
Lechleiter ha afirmado que es un tema clave para la investigación biofarmacéutica y los nuevos fármacos. Específicamente ha destacado que:
· Los fármacos innovadores han probado repetidamente ser la manera más eficaz de reducir costes y mejorar la calidad de la sanidad.
.
· Los tratamientos para las enfermedades que aún no tienen cura, como el cáncer y el Alzheimer nacerán, con toda probabilidad, en laboratorios de compañías biofarmacéuticas.
· Incluso las enfermedades para las que hoy en día hay tratamiento, como la diabetes, precisan mejores soluciones.
“Irónicamente, la crisis en nuestro modelo innovador llega cuando tenemos infinitamente más conocimientos y datos científicos que nunca” ha declarado Lechleiter. “Pero a menos que cambiemos la manera en que investigamos, no convertiremos este conocimiento en avances para los pacientes. Cuando nos enfrentamos a resultados cada vez menores, no podemos simplemente continuar haciendo lo mismo y esperar que las consecuencias sean diferentes”.
Específicamente, Lechleiter ha subrayado la necesidad de que las compañías biofarmacéuticas basadas en la investigación trabajen más en red, de una manera más global y emprendedora para facilitar a los pacientes fármacos innovadores más rápidamente y a un coste menor. Una red global de este tipo está permitiendo a Lilly reforzar su potencial en I+D a la vez que atraer moléculas, fondos y conocimiento de socios –compartiendo inversión, riesgo y resultados, además de más eficiencia. Lechleiter ha dicho que el nuevo enfoque en la investigación sólo será exitoso si se conjuga con regulaciones que apoyen un contexto de innovación.
“Incluso mientras reconstruimos nuestro engranaje de I+D, debemos construir un entorno en el que la innovación farmacéutica pueda prosperar” ha declarado. “A medida que la presión en los sistemas sanitarios de todo el mundo continúe creciendo, continuaremos defendiendo que la innovación es fundamental, y abogando por reformas que promuevan la innovación en vez de penalizarla”.
Actualmente, los líderes del gobierno de Reino Unido están debatiendo opciones para la reforma del sistema sanitario, con el objetivo de reducir la presión en los ajustados presupuestos. Lechleiter ha dicho que el enfoque en la investigación sólo tendrá éxito si se combina con regulaciones que apoyen un entorno de innovación.
La investigación biofarmacéutica, ha declarado Lechleiter, también ha mantenido empleos en el Reino Unido y otros países desarrollados. En Reino Unido hay 72.000 empleos directos y 200.000 indirectos en el sector biofarmacéutico. A un ritmo de 12 millones de libras al día, la industria biofarmacéutica invierte más en I+D en el Reino Unido que cualquier otro sector. Igualmente importantes han sido los avances médicos: únicamente en el Reino Unido la esperanza media de vida se ha incrementado en 30 años entre 1901 y 1999.
“De hecho, promover la innovación médica debe ser un fin clave en las reformas de los sistemas sanitarios tanto de Estados Unidos como del Reino Unido”, ha afirmado Lechleiter. “Debemos defender continuamente la innovación con nuestras palabras, pero aún más importante, con nuestras acciones y el valor que creamos para los pacientes a través de fármacos innovadores”.