El primer paso hacia la figura que deseas.

Por Chrys

Puedo apostarte que comenzaste a leer este artículo esperando un tip de alimentación para bajar de peso o un ejercicio infalible que te ayude a perder los kilos que te sobran ¿Verdad?

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Pues te tengo dos noticias: una mala y una buena.

La mala es que no, no voy a empezar con nada de eso. La buena es que este será el mejor consejo que te pueda dar.

Pero vamos por partes. ¿Quién es la persona a quien más quieres en la vida?

Si pensaste en tus hijos, tu mamá, tu papá o tu novio, okay, perfecto, pero ahí es donde empezamos mal.

Antes de que me odies y quieras aventarme todo un florido recordatorio de mi progenitora o algo peor, regálame unos minutos de tu tiempo y continua
leyendo, por favor.

Es más que valido amar a todas esas personas que viven en tu corazón. Por supuesto. Pero ¿en qué lugar entras tú? ¿A partir de donde te toca amarte a ti
misma?

Así es, el primer paso para obtener la figura que deseas es convencerte de que antes que nada, debes ver por ti. Y aquí es donde entra esa famosa y trillada frase de: “si no estás bien tú, nadie a tu alrededor lo estará”.

Déjame explicar con un ejemplo muy cercano.

Cuando viajas en avión y escuchas las palabras de los sobrecargos (admito que rara vez les pongo atención) recordarás que parte de su “speech” dice más o menos así: “En caso de descompresión en la cabina, las máscaras de oxígeno caerán automáticamente de la parte superior. Por favor tome la suya y colóquesela correctamente para respirar. Posteriormente colóquele a la persona que está a su lado si se trata de un bebé, un niño o una persona discapacitada su respectiva máscara”.

Piensa que esta es una de las situaciones más extremas que hay, el avión está en problemas ¡y te dicen que primero te asegures de estar bien tú, y después cualquiera que dependa de ti!

¿Maldad? Claro que no. Sentido común más bien (que es el menos común de los sentidos).

Otra vez: Si no estás bien tú, nadie a tu alrededor lo estará.

Pero mucho ojo, no confundas amor propio con egoísmo. Una cosa es quererse una misma y otra muy distinta es llegar al extremo y descuidar a tus seres
queridos, solo por estar bien tú. Equilíbralo. Sin el balance adecuado, todo se cae; a la derecha o a la izquierda, pero se cae.

Ese exagerado amor propio, no sé tú, pero en mi libro se llama vanidad y la vanidad sin mesura sólo lleva al desastre (además de ser uno de los 7 pecados capitales, pero ya hablaremos de eso en otra ocasión).

Recuerda que el amor propio genera seguridad. Y la seguridad te da fuerza. Y esa fuerza te da la energía para conseguir cualquier meta que te propongas; que en este caso, es ser bella y delgada.

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Empieza por convencerte a ti misma de que vales demasiado como para descuidar tu salud, y por ende, tu figura.

Retoma la rutina de ejercicio que habías dejado abandonada, mejora tu alimentación y dale mucho amor a tu mejor amiga que vive en el espejo. Te prometo que te lo va a pagar con creces. Ya lo veras.

Si necesitas alguna asesoría de cómo encontrar ese punto de equilibrio que te evite caer en extremos, puedes dejarme tus preguntas en los comentarios cuando quieras y yo estaré ahí para que juntas encontremos las respuestas a tus preguntas. ¡Puedes estar segura de eso!