El principio contaminador-pagador

Por Gonzalo

La naturaleza proporciona comida gratis, pero sólo si controlamos nuestros apetitos “  William Ruckelshaus.

El principio contaminador-pagador fue adoptado por primera vez por la OCDE en 1972, con lo que se convirtió en uno de los primeros pasos hacia la protección del medio ambiente que dieron las autoridades públicas. Fue reconocido por la Unión Europea (1987), y en la importante Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo que se celebró en Río de Janeiro (1992).

Aunque es difícil determinar el precio de la contaminación (¿Lo tiene?), el principio contaminador-pagador sigue siendo fundamental para el derecho madioambiental internacional (Y así nos va).

Una fábrica de juguetes, como consecuencia de su proceso de producción, vierte toxinas en un arroyo cercano. Estas toxinas matan a los peces de la zona y hacen enfermar a cualquiera que nada en el arroyo; pero la fábrica no indemniza a ninguna de las víctimas. Por consiguiente, los costes privados de producción de la fábrica no reflejan los auténticos costes sociales de su funcionamiento.

La idea del principio contaminador-pagador (PCP) es que, en realidad, la fábrica de juguetes debería correr con todos los costes derivados de sus acciones, esto es, que los daños y perjuicios provocados por la contaminación (el valor que se ha perdido para los pescadores y nadadores potenciales) deberían incluirse en el coste de producción.

El PCP pone un precio a la contaminación y atribuye la responsabilidad  al contaminador. El PCP se basa en un principio fundamental de la eficiencia económica, el de que los precios deberían reflejar todos los costes de producción, y está en armonía con los principio éticos de equidad y responsabilidad.

Se pueden utilizar diversos instrumentos legales para aplicar el PCP y prevenir o regular la contaminación.  Estos instrumentos a menudo se manifiestan en forma de impuestos (frecuentemente denominados impuestos pigouvianos en honor al economista inglés Arthur Pigou, que trabajó en este campo), permisos de contaminación, cupos, normas tecnológicas, etcétera.

Fuente: 50 TEORÍAS ECONÓMICAS SUGERENTES Y DESAFIANTES  (Donald Marron)

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