“El desprendimiento o prolapso de los órganos pélvicos (POP) enmascara una incontinencia urinaria de esfuerzo en el 11-22% de los casos”, apunta el Dr. Manuel Fillol, Jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital de La Plana de Villarreal (Castellón) y miembro del Comité de Expertos del Instituto Indas, durante su participación en las Jornadas SINUG, se celebran entre el 7 y el 9 de noviembre en Valencia.
“Cuando el especialista no identifica correctamente la IUE oculta, tras la cirugía del prolapso, la mujer deja de notarse el bulto en sus genitales, pero puede quedar incontinente”, concreta el Dr. Fillol. De ahí la importancia de descubrir previamente -y mediante una técnica adecuada- si existe o no esta patología. Sabiendo esto, el cirujano podrá corregir en la misma operación tanto el desprendimiento del órgano pélvico como la IUE, y evitar así sorpresas tras la cirugía.
El envejecimiento de la población hace que la Urología Funcional esté adquiriendo un mayor protagonismo y proyección en los últimos años. “Ello ha provocado un creciente interés de los profesionales sanitarios por las patologías relacionadas con la incontinencia urinaria, la disfunción miccional, la patología del suelo pélvico y la cirugía reconstructiva, así como una mayor demanda social para la resolución de este tipo de trastornos que afectan de forma significativa la calidad de vida de las personas que los sufren”, explica uno de los directores del programa, el Dr. Salvador Arlandis, Médico Adjunto Especialista de la Unidad de NeuroUrología y Urodinámica del Servicio de Urología del Hospital Universitario La Fe de Valencia, miembro del Comité de Expertos del Instituto Indas.
El tratamiento de esta patología es multidisciplinar: urólogos, ginecólogos, proctólogos, rehabilitadores, fisioterapeutas y personal de enfermería, tienen un papel más o menos destacado en la atención integral del paciente. En esta línea ha ido la intervención del Dr. Arlandis quien destaca que el profesional de la enfermería ha adquirido en los últimos años un papel protagonista en el tratamiento de la incontinencia urinaria, dada la proximidad y el estrecho vínculo que se establece con el paciente y su familia.