El punto de inflexión para superar la ansiedad

Por Rafalopez

Cómo controlar la ansiedad.  Esa era la idea base que tenía durante los primeros que la tuve. Todo en mi giraba en torno a tratar de controlarla. Inicié un auténtico peregrinar por distintos médicos y profesionales con la esperanza de que alguno de ellos obrase el milagro de quitarme aquello de encima.  Ansiolíticos, antidepresivos, plantas medicinales, terapias alternativas,... Literalmente mi vida se convirtió en un continuo buscar, rastrear, tratar de encontrar algo o alguien que me ayudase. Mi foco de atención estaba totalmente puesto en el exterior de mi persona, en una actitud de aguante y resistencia mientras esperaba encontrar aquella tabla de salvación que parecía nunca llegar.  Y mientras tanto, percibía que poco a poco mis fuerzas se agotaban, que mi resistencia estaba llegando a su límite.  Lo cual me daba más miedo aún ya que creía que si dejaba de nadar, quedaría a la deriva de la ansiedad y terminaría estrellándome contra las rocas. ¡Qué equivocado estaba! Y así fue como, cansado de buscar llegué a tocar fondo, instalándome allí bastante tiempo. Todo se hizo oscuro.     
Hoy por hoy, 10 años más tarde y pasado ya todo aquello, puedo comprender que cuando lo vemos todo negro, simplemente es debido a que nuestro foco de atención está puesto en el lugar equivocado. Que allí abajo, en el fondo, nos quedamos instalados porque seguimos agarrados a la misma piedra que nos hizo hundir, y aún así seguimos resistiéndonos. ¿A qué si ya estamos en el fondo? A soltar la piedra. Pero sobre todo A LA VIDA, a sus cambios, a todo lo nuevo que nos pueda mostrar, a ese ir con ella que si nos dejamos llevar, nos llena de frescura y renueva por dentro. 

No, no era verdad que había tocado fondo.  Aún había camino que recorrer, había otro fondo al que llegar: A mi mismo.  Cuando te cansas de sufrir, de luchar y de agarrar la piedra, es cuando la sueeeltas y se te abre ese nuevo camino.  ¡Ahí es donde está el punto de inflexión!, en ese soltar que llegas a sentirlo como un "acto de fe", pues te da miedo dejar lo único que conoces, lo que has estado haciendo toda la vida. Resistirte, luchar y aferrarte. Pero no hay nada que temer, es como cuando te cansas de nadar y te extiendes horizontalmente sobre el agua: ¡FLOTAS! ¿Recuerdas la actitud que adoptas cuando te dejas flotar en el agua? Detente unos segundos y recuérdala con la mayor nitidez posible. Pues bien, es desde esa actitud cuando puedes empezar a mover brazos y piernas con suavidad pero con precisión e iniciar una nueva trayectoria. No desde el esfuerzo, si no desde la serenidad. No desde la resistencia, si no desde la confianza y certeza de que de esa manera, no te vas a hundir. Ahí es cuando las plantas medicinales, terapias, consejos, medicinas,... pueden ejercer todo su efecto.Esa actitud de paz hacia la propia ansiedad, irremediablemente comienza a llevarte a ti mismo, pues en el fondo somos paz y nos reconocemos en ella. ¿Te cuesta creer que en el fondo seamos paz? Hazte la siguiente pregunta "¿Qué es lo que íntimamente he deseado toda mi vida?"  Siempre la has estado buscando porque algo dentro de ti la reconoce. No podemos buscar aquello que previamente no conocemos.Encontrar la paz es des-cubrirla.  Es quitarle de encima las resistencias, para así poder hallarla. Está ahí, dentro de ti. Deja de mirar al exterior y enfoca la atención a tus adentros. Observa sin juzgar, sin analizar, con cariño, con ternura,... dejándote flotar. Querido amigo, querida amiga. No has tocado fondo. Te queda aún por recorrer el trayecto de salida, dirección hacia tu interior. Verás cómo en en ese nuevo camino, poco a poco todo comienza a suavizarse. Así lo experimenté y así lo comparto con vosotros esta tarde.  Os deseo un feliz día... de paz.