Imagen del radiotelescopio de 64m de Parkes (NSW, Australia) al atardecer del 8 de mayo de 2008. Crédito de la imagen: Á.R.L-S. .
Alguno de los logros de este radiotelescopio son: detectar por primera vez campos magnéticos en el espacio (1962); determinar la posición del cuásar 3C 273 (1963), de hecho, mucho del conocimiento de los cuásares nos llegó gracias a este radiotelescopio; descubrimiento y clasificación de los púlsares (1968), el primer mapa de gas hidrógeno de la Galaxia (1969) y de la Corriente Magallánica que conecta las Nubes de Magallanes (1973); pionero en técnicas de interferometría de muy larga base (VLBI, 1972); seguir y recibir datos de misiones espaciales, como Giotto al cometa Halley (1986), Voyager II a Urano (1986) y Neptuno (1989) o Galileo a Júpiter (1996-97); estudios de radiogalaxias e incluso de una lente gravitatoria en radio (1991); mapas detallados de la Vía Láctea, que incluso revelan un nuevo brazo espiral (1998-2003); estudios de colisiones de neutrinos con la Luna (empezaron en 1995); re-confirmaciones, con márgenes de errores casi despreciables, de la validez de la Teoría de la Relatividad General de Einstein (2001); y búsqueda de ondas gravitacionales (desde hace pocos años). Dentro de las actividades de enseñanza destaca el exitoso proyecto Pulse@Parkes, del que debería hablar expresamente en una historia aparte.
Radiotelescopio de Parkes y constelación del Escorpión. Fotografía tomada el 10 de mayo de 2008, 30 segundos de exposición para conseguir el cielo estrellado con mi antigua cámara CANON EOS 400D. Crédito de la imagen: Á.R.L-S. .
Pero, sin lugar a dudas, The Dish es mundialmente conocido por la importancia que tuvo el radiotelescopio durante las misiones Apollo a la Luna a finales de la década de los 60 y principios de los 70 del siglo XX. Sobre todo, por ser una de las antenas con la que se siguió la llegada del hombre a la Luna, acaecida la noche del 20 al 21 de julio de 1969. Se estima que más de 600 millones de personas siguieron en directo esta hazaña. No obstante, tal y como conté aquí hace un par de años, el momento de la llegada del hombre a la Luna no se siguió con la antena de Parkes, sino con la antena de 26m de Honeysuckle Creek, a unos 40 km al sur de Canberra (la capital australiana). Eso sí, todo esto sirvió de pretexto para grabar una genial película australiana, titulada The Dish (La Luna en Directo en la traducción española) y protagonizada por San Neill. Pero, ojo, ¡muchas cosas en la película son ficción y no ocurrieron en realidad!
Simpático póster de la película The Dish (La Luna en Directo) de 2000. He estado comprobando las historias pasadas y, de verdad, creía que había hablado por aquí de esta película, pero veo que no lo llegué a hacer. Muy recomendable.
La historia del Radiotelescopio de 64m de Parkes no va terminar aquí, ni mucho menos. Justamente ahora se están construyendo nuevos instrumentos para este radiotelescopio, como un sistema, bautizado como Phase Array Feeds (PAFs), con el que Parkes podrá obtener directamente imágenes astronómicas en frecuencia de radio (nota importante: los radiotelescopios de una única antena sólo obtienen señales, sean el flujo integrado en una banda concreta o un espectro, en una dirección específica del cielo. Para conseguir imágenes en radio hace falta un interferómetro, como el Australia Telescope Compact Array). Estos sistemas se están construyendo con éxito para el nuevo interferómetro australiano, el ASKAP, del que ya he hablado aquí, en el último Zoco de 2010 y en la edición de diciembre de 2010 de la revista AstronomíA. ¡Corren tiempos emocionantes para la radioastronomía en Australia!