Estarás de acuerdo conmigo que en los negocios 2.0 todo gira alrededor de las percepciones y las sensaciones. Aunque nada se toque, no quiere decir que las reacciones que experimentan tus clientes cuando: entran en tu web, consultan tus productos, leen tus posts o te dejan un comentario, carezcan de realidad. Son igual de reales como intangibles.
Transformar emociones en ventas, es fácil de enunciar, pero ni el mejor de los alquimistas ha conseguido dar con la fórmula. Porque ésta no existe -y si existiera sería 50% trabajo duro y 50% pasión y energía para volver a trabajar más duro si cabe…-. Sin embargo, hoy quiero mostrarte una técnica, que aplicándola con honestidad y transparencia puede ayudarte a romper corazones con tu marca.
Se habla hasta la saciedad de emocionar a tus clientes.
Pero, ¿te has parado a pensar qué significa esto cuando sitúas a tu marca o producto como protagonista?
Porque esto no es simplemente sorprender o hacer caer la lagrimilla sin motivo aparente. Emocionar es tocar por dentro. Es ganarte ese espacio en el recuerdo de alguno de tus clientes, o salir en una conversación improvisada. Y es que cuando tocas, vale la pena hablar de tu marca.
Numerosos estudios -como este- y la creciente tendencia del neuromarketing, nos indican que aunque nuestro comportamiento delante de una compra “parece” que esté basado en el raciocinio y la coherencia, son las emociones subconscientes y los sentimientos los que rigen la decisión final de compra.
Estas emociones deben ir bien alineadas con tu personalidad de marca y se deben trabajar de una manera profunda para conseguir transformar lo abstracto en palpable. Lo invisible en real.
Por este motivo, aunque estoy convencida de que tu producto o servicio aporta un claro beneficio al mercado, hay una pregunta clave que debes hacerte ahora mismo -y espero que te remueva por dentro-; y ésta es…
“¿Qué quieres que tus clientes sientan
cuando experimentan con tu marca?”
Si la respuesta es felicidad: ERROR -te he pillado-. Sigue buscando, porque es una respuesta muy, muy vaga. Obviamente queremos que nuestro producto agrade. Pero con una respuesta tan genérica difícilmente podremos buscar una acción que nos ayude a crear una intención para provocar esa reacción. Así que te reto a que busques una emoción mucho más concreta.
Por ejemplo, imagínate que tu producto o servicio se consume como si de un medicamento se tratara. ¿Qué tipo de alivio aporta a quién la consume -además de cubrir la primera necesidad-?
Positivismo, entusiasmo, placer, sorpresa, complicidad, confianza, seguridad, curiosidad.
Debes ser concisa/o y consecuente, y olvídate de ser prudente (la prudencia es aburrida).
Una gran mentora me dijo un día que empezaría a tener las clientas que deseaba cuando empezara a mostrar mi marca como soy yo. Porque, como emprendedora, tu personalidad de marca es ser tú, y eso cuando lo finges tu cliente lo nota. Así que cuéntame…
¿Qué quieres que tus clientes sientan cuando experimentan con tu marca? y aún mejor…
¿Qué vas a hacer para conseguir que se sientan así?
Gemma | MYEVENTCONCEPT
Desde hace 9 años, Event Planner & Designer y experta en comunicación corporativa estratégica. Mi objetivo es ayudar a pequeñas empresas y particulares a organizar eventos únicos y con valor añadido, es decir: únicamente aquellos que merecen ser recordados y que te diferenciarán del resto.