A veces se intenta exponer como objeción a la idea de los Derechos Animales, la circunstancia de que los animales nohumanos no respetan, de hecho, los derechos de otros animales o que no tienen capacidad para respetar nuestros derechos. La primera objeción señala un hecho que, al menos en parte, resulta cierto. Sabemos que hay animales nohumanos que matan, comen y agreden a otros animales. No es cierto que absolutamente todos ellos se comporten de esa manera, aunque no es una práctica excepcional sino más bien habitual.
Pero pensemos un momento en lo siguiente. Sabemos que los otros animales por lo general no tienen capacidad para ser moralmente conscientes de sus actos, y actuar en consecuencia éticamente. Aunque algunos de ellos sí dispongan de cierta empatía y una conciencia moral muy básica. Nosotros en cambio sí disponemos de una conciencia moral desarrollada. Pero sin embargo, todos los días miles de seres humanos violan los derechos de otros humanos (y de otros animales). El asesinato, la violación, el secuestro, la coacción física, la explotación... no son prácticas excepcionales sino, por desgracia, ciertamente habituales entre seres humanos.
Se dice que no debemos reconocer derechos a otros animales porque ellos no respetan o no pueden respetar nuestros derechos. Me resulta absolutamente increíble ese argumento cuando cada día constatamos como muchos seres humanos violan los derechos de otros humanos. Si aquel argumento fuera válido entonces no podríamos tampoco reconocer derechos a los humanos, ya que muchos de ellos no respetan los derechos de otros.
Con lo cual ¿del hecho de que en efecto muchos seres humanos violen los derechos de otros humanos, o carezcan de una conciencia moral desarrollada, se puede por tanto derivar razonablemente que los humanos no deben tener reconocidos una serie de derechos fundamentales? Si ese mismo tipo de objeción es válido para cuestionar la idea de que debemos reconocer derechos a otros animales entonces por lógica debería valer igualmente para objetar que reconozcamos derechos a los humanos.
No solamente se trata de una cuestión fáctica, sino que también muchos humanos carecen de la capacidad para ser moralmente conscientes de sus actos y respetar nuestros derechos. No obstante, no consideramos que por ello deban carecer de una serie de derechos básicos (como el derecho a no ser propiedad). Si esta eventualidad no es válida para objetar el reconocimiento de derechos a seres humanos entonces tampoco puede valer para otros animales.
Una vez más podemos ver que no hay ninguna razón que justifique discriminar a los demás animales de nuestra igual consideración moral. El motivo por el que les discriminamos tiene su causa en el prejuicio del especismo; en esa visión que considera que los demás animales que no son humanos existen para nuestro uso y beneficio. Una mentalidad que no es diferente de aquella que dice que los negros son inferiores y existen para servir a los blancos, o que las mujeres deben vivir sometidas al varón. Simplemente un grupo de individuos tiene la suficiente fuerza para dominar a otros y beneficiarse de esa dominación.
Digámoslo claro: nuestra relación con los demás animales se basa meramente en que tenemos el poder de dominar sus vidas para satisfacer nuestros deseos. Les tratamos como objetos, ignorando deliberadamente que ellos son seres que sienten, que tienen sus propios intereses. Son personas. Y cuando participamos en su explotación estamos participando en la violación de sus derechos.
Decimos que ellos no pueden tener derechos reconocidos porque violan los derechos de otros individuos, pero, ¿qué derechos violan los cerdos, vacas, pollos,... que viven encerrados en las granjas antes de ser llevados al matadero? ¿Qué derechos violan los ratones forzados a ser usados como objeto de experimentación? ¿Qué derechos ha violado la oveja esclavizada de por vida? Somos nosotros quienes violamos sus derechos cuando les usamos como nuestra propiedad.Hay un derecho del que sí carecemos por completo: el derecho a usar a los demás animales para nuestros fines o el derecho a infligirles daño, sufrimiento o muerte por el mero hecho de obtener un beneficio a costa de sus vidas. No es que hayamos perdido ese supuesto derecho por haber abusado de él (en realidad cualquier forma de explotación animal es un abuso en sí misma) sino que nunca lo hemos tenido. Igual que los blancos nunca han tenido el derecho a someter a los negros o los varones nunca han tenido el derecho de someter a las mujeres.-----------------------------------------------------------------------------------------------------------Otros artículos relacionados:- La superioridad humana
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