De la mano de Derfel Cadarn, un personaje ficticio basado en la figura de san Derfel Gadarn, nos adentraremos en la Britania del siglo VI d.C., donde redescubriremos, desde un punto de vista totalmente distinto al que estamos acostumbrados y que se hace patente desde la primera página, la historia del rey Arturo y sus caballeros de la mesa redonda. y es que para empezar, Arturo no es rey ni tampoco es un romano (a diferencia de lo que se reflejara en la nefasta película de Antoine Fuqua), es simple y llanamente un señor de la guerra britano, que no es que sea poco, pero de dux bellum a rex habemus un paso. Y las diferencias no acaban ahí: Camelot no existe como tal, Excalibur no es el verdadero nombre de la espada de Arturo y no la saca de ninguna piedra, no hay mesa redonda... Pero no os creáis que esta desvinculación con la "visión tradicional de las leyendas artúricas" no debe considerarse como un punto negativo, ya que es más bien todo lo contrario, pues relatar desde un prisma completamente distinto unos hechos más o menos conocidos y que pueden haber sido vistos o leídos en alguna que otra ocasión, ayuda al lector a sumergirse en la lectura sorprendiéndose y dejándose maravillar con las situaciones, batallas y personajes que crea Cornwell.
En resumidas cuentas: un libro magnífico que disfruté leyendo de principio a fin -aunque lo que más disfruté fueron las batallas y la introducción de algunos personajes como Merlín o Lancelot-, relativamente extenso, aunque de muy fácil lectura y cuya segunda parte leeré con ganas una vez termine la Rueda del Tiempo.
NOTA: 9,5/10