Cuando me preguntáis a través del correo que cómo puedo saber qué cubren y lo que no las pólizas de Te lo garantizo siempre os remito a lo mismo: bajaos el condicionado de la página web y así lo podéis revisar con tranquilidad, examinarlo, compararlo con otro, etc. ¿Por qué hago esto? No por vaguería, Dios me libre, porque a los que llamáis por teléfono sabéis que le pego a la hebra que da gusto, y que contesto a todas vuestras dudas y cuestiones muy gustosamente. Lo hago porque, así, podéis conocer de primera mano todo lo cubre la póliza y lo que no ya queráis asegurar un iPhone, un Smartphone, una tableta o un portátil. Vamos, menos mi gato Isaías (y cualquier día de estos me lo planteo, que menudas me monta, el rufián), se asegura todo. Y hasta electrodomésticos, oigan.
Lo que más llama la atención, al menos a mí, que de estas cosas entiendo lo necesario, y eso que tengo el conocimiento justo para pasar el día, es la referencia a las exclusiones, es decir, lo que no se recoge en la póliza. Y lo que no se recoge, no está cubierto. Para que no haya lugar a engaño, sorpresas y reclamaciones posteriores a voz en grito. Y como son unas pocas, basta con leerlas para darse cuenta de qué os ofrecemos y nos comparéis con la competencia. Eso sí, desconfiad de todo aquello que os digan de primeras que sí y luego, cuando vayáis a firmar el contrato, no aparezca por ninguna parte.
Recordad siempre: las cosas claras. Así es mejor para todos.
Y para todo lo demás, como siempre, vuestro amigo Argimiro, el Garantizador.