Y como mis amigos de Te Lo Garantizo siempre son muy claros, me han dicho que comience con lo que no cubre la póliza para así no llevar a engaño. Y yo, que soy un ‘mandao’, os lo digo. Así que (y recordando mis viejos tiempos de trompetilla en mi pueblo, en mis años muy mozos) no está cubierto lo siguiente:
• Daños intencionados. De todo, que ya nos vamos conociendo. Desde jugar al beisbol con el cacharro hasta darle una guaya en la cara al que tengamos al lado. Que sí, que sí, que estas cosas ya las he visto. Que luego se avería el cacharro y la tenemos. Y gorda.
• Daños estéticos: de todo tipo y variopintos. Que si se le ha rayado la pintura del borde, que si ya no tiene el color de antes… En fin, de esas. Vamos.
• Responsabilidad civil de cualquier naturaleza.
• Daños de elementos desgastables como consecuencia del uso normal. O lo que es lo mismo, que de tanto usarlo se queda como se queda. Eso no se puede evitar. Y eso le pasa a la tableta igual que a una bicicleta o a un coche. Es lo que hay, hijos míos…
Y alguno estará pensando: “Y esto entonces, ¿qué narices cubre?”. ¡Ay, impacientes…! El seguro de dos años para tabletas cubre:
• Caídas.
• Golpes.
• Sobretensión.
• Derrame de líquidos.
• Temperaturas extremas.
Y dos cosas muy importante s a tener en cuenta (aparte del precio, 59 euros, que no está nada mal):
• El límite de siniestros de es uno, y límite por siniestro es de 800 euros.
• No existe ningún tipo de franquicia. O sea, que todos los costes generados en la reparación o sustitución están cubiertos.
Y para todo lo demás, ya lo sabéis. Vuestro amigo Argimiro, el Garantizador.