Porque es eso. Que hay mucha tontería. A mí me enseñaron que las cosas se usan para lo que se fabricaron. Y si el teléfono lo diseñaron para hablar y llamar a la gente, por algo será. Pero con esto de los Smartphones, y sobre todo con el dichoso iPhone, se usa para todo menos para lo que vale, para llamar. Porque, ¿cuántos de vosotros lo usáis para llamar? ¿Y para lo que no es hablar por teléfono, mandar un mensaje o un ‘guasap’ de esos?
Y luego… En fin, los frikis. Que si para fregar los platos –que sí, que sí, que no os estoy tomando el pelo. Todo lo que voy a contar, además de este uso, lo podéis ver aquí-, de lápida funeraria, colgado en la solapa para identificarte ante los demás, como tabla para cortar el embutido o para comer el pescado crudo ese que tanto gusta a los japoneses y a más gente… ¡Jesús, Jesús, Jesús!
Menos mal que, afortunadamente, hay usos menos prosaicos y más útiles para la sociedad. Como ayudar a personas ciegas. Que no está nada mal. Usos que son disculpables, porque al menos son útiles.
Y ahora, vosotros, ¿para qué usáis el iPhone? ¡Me encantaría saberlo!
Y ya sabéis, si os decidís a asegurarlo, por lo que pueda pasar, aquí está vuestro amigo Argimiro, el Garantizador.