¿Qué ha pasado ahora? Seguimos teniendo flores y bailes, anillos y vestidos blancos pero parece que lo romántico, en su esencia, ya no es como antes. Las redes sociales, con las que ya no existen los sonetos ni la poesía, sino los estados o los emoticonos, y algunas de la modernidad han hecho que desnaturalicemos los sentimientos, como si fueran algo malo, como si sólo pudieran centrarse en la posesión de una persona. Y las personas no son unos zapatos, no podemos poseerlas aunque haya mucho desalmado que piense que sí. Así que...¿qué podemos hacer? Pues que el romance como tal no sea caduco, no sea una moda pasajera, simplemente algo que nos ayude a complementarnos sin dejar de ser nosotr@ mism@s.
Supongo que la respuesta dependerá de a quien preguntemos y lo que entienda exactamente por romance. Supuestamente, la era del romance original pasó a mejor vida en una época en la que una mirada era suficiente y las personas no se comían tanto el coco porque había más sinceridad en el ambiente que ahora. O al menos es lo que la historia y los escritores han querido mostrar.