Un equipo de investigadores de la República
Checa ha realizado un experimento utilizando fotografías faciales
estáticas de hombres y mujeres para comprobar la relación entre el
coeficiente intelectual medido, inteligencia percibida, y la forma de
la cara de una persona. El estudio, publicado en la revista 'Plos One', ha revelado que tanto los hombres como
las mujeres son capaces de evaluar con precisión la inteligencia mediante la visualización de fotografías faciales. Tras analizar los
resultados del experimento, los científicos concluyeron que los
rostros que se asocian con la mayor inteligencia son más prolongados, con
una distancia más amplia entre los ojos, una nariz más grande, un ligero
repunte de las esquinas de la boca y la barbilla nítida. Por el contrario, las caras que se perciben como menos inteligentes son más
anchas, más redondeadas con ojos más estrechos entre sí, una nariz más corta,
una disminución de las esquinas de la boca, y una barbilla redondeada y masiva. Los
investigadores señalan que el estudio no ha revelado ninguna relación entre la
inteligencia y el atractivo. El fuerte efecto de atracción que predomina en las
personas el rostro de las mujeres, por su parte, de acuerdo con los
científicos, no deja evaluar con precisión el nivel de inteligencia de las
féminas, haciendo efectivo el método visual de medición del coeficiente
intelectual solo con los hombres.