La escasa adherencia terapéutica de los pacientes con esquizofrenia es uno de los mayores obstáculos a los que se enfrentan, en la actualidad, los especialistas en salud mental. Y es que, aunque el tratamiento antipsicótico para la esquizofrenia ha avanzado muchísimo en los últimos años, tanto para el abordaje de los episodios agudos como para la prevención de recaídas, no se han reflejado en la práctica clínica los importantes beneficios que el tratamiento ha demostrado en los ensayos clínicos. Conscientes del obstáculo que supone la falta de adherencia terapéutica en el abordaje de la esquizofrenia, los doctores José Manuel Montes, del departamento de Psiquiatría del Hospital del Sureste, en Madrid, y Jerónimo Saiz-Ruiz, del departamento de Psiquiatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, junto con investigadores del Dpto. Médico de AstraZeneca, han llevado a cabo un estudio de adherencia terapéutica con seguimiento telefónico de enfermería que se acaba de publicar en la revista Clinical Practice & Epidemiology in Mental Health.
La principal conclusión del estudio -tal y como explica el Dr. Montes- es que “la intervención telefónica no solo fue eficaz para mejorar la adherencia, sino que fue especialmente más efectiva en aquellos pacientes que previamente al estudio tenían una mala actitud hacia la medicación antipsicótica, con cuatro veces más probabilidades de responder que el grupo de pacientes que, inicialmente, tenían una buena percepción del tratamiento”.
El estudio, en el que han participado 198 centros de salud mental de toda España, incluyó 865 pacientes mayores de 18 años, diagnosticados de esquizofrenia, estables y que tomaban un único fármaco antipsicótico oral. Los pacientes fueron divididos en dos grupos: uno, el que recibió la intervención, que consistía en una llamada telefónica de una enfermera especializada en salud mental a las 4, 8 y 12 semanas de empezar el estudio, y, otro, el grupo control, en el que los pacientes simplemente fueron citados para una consulta 4 meses después de su inclusión en el estudio. Cada llamada telefónica consistió en una breve evaluación de adherencia terapéutica (una serie de preguntas sobre el conocimiento del régimen de tratamiento, sobre las dosis y el cumplimiento, o no, del mismo).
Así, el estudio demostró que “un porcentaje significativamente alto de pacientes en el grupo de intervención mejoró la adherencia al tratamiento al final del estudio en comparación con el grupo control (25,7% vs 16,8%)”, explica el Dr. Montes. En este caso es, además, de destacar que la mayoría de los pacientes que iniciaron el estudio también lo finalizaron. “Esto nos confirma que los propios pacientes vieron la utilidad de realizar el seguimiento, no sólo en un primer momento, sino durante todo el estudio”.
El estudio sugiere, además, que la intervención telefónica mejora la percepción del tratamiento antipsicótico en algunos pacientes y que, en aquellos pacientes que mejoraron la adherencia sin mejorar su actitud frente a la medicación, la intervención actúa como recordatorio, aumentando el número de días que los pacientes toman la medicación tal y como se les prescribió. En este caso, “podemos también suponer que los pacientes que aumentan su adherencia mejorarán también a largo plazo su actitud frente a la medicación, como consecuencia de su mejora psicopatológica”.
Adherencia terapéutica en esquizofrenia: problema de primera envergadura
Los especialistas en salud mental reconocen que el problema de la adherencia al tratamiento en esquizofrenia es un aspecto en el que todavía queda mucho por avanzar. “Se está trabajando en ello, es un camino más complicado y más difícil pero es una línea muy importante que se tiene que abrir ahora ya que hemos alcanzado un alto nivel de conocimiento sobre la enfermedad y disponemos de un arsenal terapéutico importante, pero necesitamos mejorar la adherencia de nuestros pacientes a esas medicaciones porque con eso van a mejorar mucho su calidad de vida y, por supuesto, el pronóstico de la enfermedad”.
En España, un porcentaje superior al 50-60% de los pacientes con esquizofrenia no tienen una adherencia terapéutica que se pueda considerar adecuada, es decir, que les permita que la medicación sea eficaz y les ayude a mejorar y prevenir las recaídas. En estos casos, la no adherencia al tratamiento está asociada con resultados clínicos más pobres, con un aumento del uso de los servicios de emergencias psiquiátricos y con un aumento del número de hospitalizaciones. “Si el paciente no cumple el tratamiento –explica el Dr. Montes- la enfermedad seguirá adelante y tendrá una nueva recaída, con un nuevo reingreso y con todo lo que esto implica de vuelta atrás en la enfermedad”,
Al mejorar la adherencia, la enfermedad se puede parar y la rehabilitación psicosocial -que es tan necesaria como el tratamiento farmacológico en estos pacientes-, se podrá seguir realizando. De esta manera, no se producirá una recaída y el paciente seguirá avanzando en la mejoría de los aspectos más residuales que puedan haber quedado de la enfermedad.
Por ello, concluye el Dr. Montes, “no debemos centrarnos exclusivamente en hacer la prescripción de un tratamiento sino que tenemos que realizar un esfuerzo para que el paciente siga tomando ese tratamiento. Gracias a que contamos con una red asistencial adecuada, con medidas sencillas y baratas como puede ser una llamada telefónica, podemos realizar un seguimiento de la adherencia de una manera más estrecha. Ya sabemos que con una medida tan sencilla y económica como esta se puede alcanzar un gran rendimiento”.