El sendero de las propuestas

Por Miguel @MiguelJaraBlog

Algunos apuntes sobre las elecciones municipales y autonómicas:

-La gran victoria del PP, lógica por otra parte, acentúa el monopartidismo y deja al PSOE en una situación de obligada reflexión identitaria (Zapatero en su intervención anoche tras conocer los resultados ni mencionó que a un año vista hay elecciones generales, ¿será que las da por perdidas?).

-Las elecciones han estado marcadas por dos aspectos, la crisis económica -que es una crisis sistémica- y la irrupción del movimiento por una democracia real (que como estaba previsto va a continuar con sus reivindicaciones y cuyo mensaje ha calado en parte de la sociedad). Tanto para los votantes del PP como para quienes denuncian que esto no es la democracia que merecemos y quieren cambios profundos en el sistema (por fin ya podemos escribir la palabra sin ser tachados a la ligera de “antisistema”) es buena noticia la victoria de los populares. El modelo económico y social del capitalismo han de gestionarlo los partidos ideológicamente capitalistas. Será interesante ver qué medidas toma el PP para resolver la crisis sin generar más descontento social, mucho me temo que no lo conseguirá y este descontento seguirá en aumento pero ya sin ese freno a las aapiraciones sociales que es el PSOE en el gobierno, al tiempo.

-La debacle del PSOE, que de momento sólo es regional-municipal pero que ya huele a general, supone un castigo para un partido que diciéndose a favor de la ciudadanía ha cumplido la órdenes de las élites económicas. El PSOE ha actuado como semillero de votos para el PP pues ha educado a parte de sus bases en las buenas costumbres sistémicas y llegada la hora de elegir entre votar al PP o sumarse a la contestación han elegido la salida conservadora.

-Y ¿qué ha ocurrido con los “indignados”? Pues lo que se esperaba: unos han votado a Izquierda Unida, que sube casi un punto con respecto a anteriores convocatorias electorales, otros han continuado en el abstencionismo, que sigue siendo el “partido” de un tercio de la población (el más votado), una parte se ha decantado por partidos minoritarios y otros han elegido o voto nulo o votar en blanco, estos últimos batiendo todos los records, casi 600.000 personas han decidido acudir a las urnas pero dejando en blanco su papeleta.

De todos modos la razón de ser de este movimiento no era ni es influir en las votaciones sino ir mucho más lejos, conseguir cambios concretos que nos conduzcan a vivir en verdadera democracia, por lo que poco interesa cómo ha influido. Los resultados de unas elecciones pueden legitimar a quien las gana pero no deslegitima a quien quiere otros modos de organización social. Independientemente de lo que ocurra con este movimiento, durante los próximos meses podremos comprobar su calado y si quienes tienen que mover ficha van caminando por el sendero de las propuestas de una parte importante de la sociedad civil que ha dicho basta.