Hay pocas cosas en esta vida que nos puedan hacer felices de una forma sana y sin efectos secundarios, una de ellas es el sexo. Ver pornogratis o practicar sexo con nuestra pareja o con quien sea nos hace subir los niveles de felicidad y hace que vivamos un poco mejor.
El sexo y la felicidad
Y es que no lo decimos solo nosotros, no. Varios estudios confirman la teoría de que las personas que practican sexo regularmente tienen unos índices de felicidad mucho más elevados, y que aumentan a medida que lo hacen. Es decir, si nosotros no lo hacemos nunca, tendremos más riesgo de ser infelices. La cosa cambiará si lo practicamos más a menudo o de una forma más o menos periódica: en pocos días notaremos los cambios. Eso sí: no debe ser tomado como una obligación: si marcamos un día a la semana para el sexo y luego los imprevistos hacen que hagamos de cambiar el día no pasa nada… incluso tampoco es muy recomendable que marquemos un día para hacerlo… esto debe surgir de forma más o menos natural, sin presiones!
Toda obligación se convierte tarde o temprano en un problema y lo que queremos es disfrutarlo, ¿no? Otra cosa que podemos hacer es variar un poco la manera que tenemos para practicarlo. Sexo no es solamente una acción de penetrar con una postura de misionero, ¡NO! ¿para qué sino tenemos varios agujeros en el cuerpo? un día se puede hacer sexo oral, otro solamente masajes eróticos… o incluso sexo anal, si, ¿porque no? hay muchas parejas -tanto adultas como más jóvenes- que evitan hacer este tipo de sexo. La verdad es que no es de los favoritos ni prioritarios, pero la mayoría de gente que han probado con ello han acabado admitiendo que les ha gustado mucho y les ha hecho despertar sensaciones que no sabían que existían.
Despertar pasiones
Si lo que queremos es tener una vida feliz, debemos empezar a tomar medidas sobre ello. Lo primero que debes hacer es pensar cuantas veces al mes (aproximadamente) tienes sexo. Tengas las que tengas, debes saber que si a tí ya te parecen bien no debes forzar la situación para tener más. Pero si crees que son insuficientes, debes hablarlo lo antes posible con tu pareja, para ver si él (o ella) también se encuentran en la misma situación y piensan que tienen poco sexo.
Luego es ponerse manos a la obra y, como ya hemos dicho, no caer en la rutina. Probad cosas nuevas e inventad nuevos juegos que permitan la motivación de ambos. También funciona muy bien el hecho de incorporar algún elemento externo, como juguetes, aceites o demás. En las tiendas especializadas encontraréis por ejemplo condones de mil sabores y colores… ¿por qué no intentarlo? Luego también podéis aprovechar cosas que tengáis por casa, o hacerlo en otras partes de la casa, o jugar a disfrazaros, que seguro que se os ocurre alguna cosa divertida.