Sobre la sangre de los luchadores, en enero de 1977, los hechos hicieron inclinar la balanza entre la dictadura y la democracia; el resultado como puedes ver y en la actualidad disfrutamos todos, fue el correcto gracias a la responsabilidad del pueblo. Madrid y los trabajadores sufrieron diferentes hechos violentos protagonizados por grupos de extrema derecha, que intentaban detener los procesos democráticos iniciados y llevar a nuestro país al caos.
Para ello no dudaron en conducirnos a una escalada de tensión y violencia que tuvo su punto más sangriento en el atentado cometido en el despacho de abogados laboralistas en la calle Atocha nº 55 de Madrid dónde fueron asesinados cuatro abogados y un administrativo dejando malheridos a otros cuatro abogados más. Cuando aún no estaba clara la voluntad política del gobierno, el ataque terrorista puso a prueba la madurez del pueblo y de los trabajadores.
Madrid lleno sus calles de ciudadanos y ciudadanas, abogados, sindicalistas, trabajadores, y camaradas que en silencio y con dolor recorrieron sus calles en homenaje a los Abogados de atocha. La rabia se transformó en duelo y dolor que sirvió de cimientos a la construcción democrática que se inició semanas después del duelo. Las raíces de la lucha obrera de nuevo, se alimentaban de la sangre de trabajadores y luchadores inocentes.
Miles de protagonistas anónimos en la lucha antifranquista, merecer el recuerdo. No vivimos ahora en estas condiciones por amor al arte, lo hacemos gracias al proceso en el que muchos dejaron o perdieron la vida. El proceso democrático fue trabajado y sufrido por militantes del PCE, de las CCOO y de otros sindicatos y militantes de diferentes partidos político; un proceso que debe ser inseparable de nuestra memoria. En memoria de todas estas personas os dejo el acceso a un documento publicado en 2004 y reeditado diez años después que cuenta con lo esencial para entender el momento político e histórico de los asesinatos de Atocha.
Os dejo AQUÍ el enlace al texto completo y al comic que relata este importante suceso. Me permito colocar como reclamo al mismo, unos renglones de su introducción esperando que el compañero Francisco me disculpe por el atrevimiento:
En el entierro el silencio dolía más que los disparos.
Aquel entierro seguramente ha sido la manifestación más multitudinaria conocida en España aún hoy en día, manifestación que colapsó la ciudad entera. No sé quién dijo sobre la manifestación: “El silencio dolía más que los disparos. Los claveles fluían como un manto de sangre”. Para mí ha sido la más impresionante y emotiva de las que he asistido en mi vida, aquellos miles y miles de hombres y mujeres, aquella tensión contenida, aquel silencio solo roto con algunos vivas a los muertos y por el canto de la Internacional, (ya en el cementerio) fue algo que el pueblo de Madrid, el país entero, nunca olvidará.
Después, muchos años después, conocí personalmente a los, sobrevivientes de aquel atentado criminal: Lola González, Miguel Sarabia, Luís Ramos y Alejandro Ruiz-Huerta. (En los últimos años se nos han ido Luís y Miguel.)
Estas cuatro personas, conjuntamente con los cuatro abogados y el sindicalista, asesinados por los fascistas, son y continuarán siendo iconos de la lucha por la libertad y por la democracia en nuestro país y símbolos de la transición de la dictadura a la democracia en España.
No quiero finalizar estos apuntes sin recordar también que a partir de aquella fecha en todas las manifestaciones de la clase obrera que discurren por la calle Atocha de Madrid, al pasar a la altura del número 55, con un nudo en la garganta siempre gritamos con el puño en alto: ¡Atocha, hermanos, no os olvidamos!
* Francisco Naranjo Llanos. Director de la Fundación Abogados de Atocha
fuente: Los Abogados de Atocha.
Fundación Abogados de Atocha.
Escuela sindical Juan Muñiz Zapico.