Aquellos hombres que practican ciclismo de forma habitual (como mínimo 5 horas a la semana) podrían ver reducido tanto la calidad como la cantidad de sus niveles de espermatozoides.
Así se ha publicado en el último estudio de la Universidad de Boston (EEUU), dirigido por Lauren Wise y titulado “Fertilidad y Esterilidad”.
Para realizar los análisis se ha dispuesto de 2.200 hombres que fueron atendidos en clínicas de fertilidad y proporcionaron una muestra de semen unitaria, a la vez que contestaban un cuestionario sobre sus hábitos personales de actividad física y salud en general.
Las conclusiones han sido claras, y es que aquellas personas que pasan al menos cinco horas semanales ejercitándose encima de un sillín tienen el doble de probabilidades de presentar un semen de mala calidad y menor cantidad que otros sujetos que no realizan ejercicio.
Más concretamente, entorno al 40% de ciclistas aficionados obtuvieron rendimientos escasos en número y movilidad de espermatozoides, frente a sólo un 27% de personas que alegaron no practicar ningún deporte.
Estos resultados sorprenden en cierto modo porque lo que se sabía hasta ahora eran las malas características del esperma en ciclistas profesionales, pero no se había averiguado nunca que estas circunstancias también se puedan dar en el caso de ciclistas amateurs.
Los investigadores creen que estos malos resultados en la salud del semen se deben fundamentalmente al uso del sillín, elemento indispensable para la práctica de este deporte pero que al estar en contacto con los genitales eleva su temperatura y a la vez puede suponer pequeños golpes en esa parte.
No obstante, Wise ha preferido no poner el grito en el cielo y antes de dar la voz de alarma entre los aficionados de la bicicleta, ha anunciado que existe la posibilidad de que su estudio presente algún error, puesto que la muestra encuestada no representa al 100% la población general.
Esperaremos a más estudios posteriores.