La naturaleza esta presente constantemente en África. El hombre tambien, pero menos.
La flora y fauna son protagonistas absolutos. Manadas de ñus y cebras correteando en hileras interminables emigrando, arriba y abajo. Familias de elefantes y leones disputandose la sombra y el agua, ambas escasas en la sabana. Pajaros de mil colores y funciones, unos carroñeros haciendo limpieza de restos cadavericos y otros robandote la comida, al minimo descuido. Charcos enormes con sombras que sobresalen, hipopotamos o riachuelos con temibles cocodrilos agazapados y expectantes, quietos y camuflados.
Eso, y cientos de cosas similares, forman parte del dia a dia. Pero hay otro protagonista cotidiano, ciclico, que sorpende y emociona cada veinticuatro horas y que parece igual pero siempre es diferente: las puestas de sol. Ese ejercicio cotidiano de cuando el sol se esconde. Un lento descenso que atrae todas las miradas. Agua, cielo y sol en conjunción de bellos atardeceres. Solo superados ,si cabe, por el misterio de la noche que se avecina.
Si yo tuviese que designar un rey, no seria el león ni siquiera el elefante, seria el Sol de Africa despidiendose cada dia, diciendo adios ,para asomar con fuerza al dia siguiente.