Disciplina de una rebeldía de un hombre fuerte que soñaba con ser jugador, asaltando los cielos y formador de jóvenes como yo, haciendo apenas amigos de gente alegre, de amantes delirantes, tranquilos y confiables, y algún buen tirador, o de un cabeza rapada que a lo John Travolta bailaba y que como buen líder a su alrededor a la gente acercaba y con su labia embelesaba, mientras a la familia terriblemente extrañaba, y a la que alguna vez tras una larga cola, llamaba sin poder decirles cuando a casa regresaba.
Marcha de 80 millas o más sobre una tierra que parecía nos iba a tragar a velocidad vertiginosa y con una sensación más que peligrosa.