Hoy traigo un cuento especial, muy, muy especial porque es una bienvenida para un bebe cuando estaba a punto de llegar.
Anita está a punto de nacer pero antes de hacerlo tiene un sueño muy curioso. Sueña que en el mundo al que va a llegar ya no hay olores, ni sonidos bonitos. Se marcharon ofendidos porque nadie les hacía caso. La gente tenía tanta prisa por llegar a trabajar, por competir, por abarcar más y más que no se dieron cuenta de que ya no disfrutaban de ellos y si nadie se acordaba de ellos, ¿para qué iban a quedarse?
¿Verdad que es triste pensar en un mundo así? ¿Verdad que, a veces, nos parece que nuestro mundo es cada vez más parecido a ese del cuento? A Anita no le gusta mucho este panorama que se le presenta. Por suerte, una tortuga azul, que camina muy despacito va a explicarle que, en realidad, los olores y los sonidos no se han ido, siguen ahí, pero hay que bajar un poco el ritmo, aminorar la marcha, para poder sentirlos. El mundo al que Anita llega no es tan feo como se lo han pintado pero, sí es cierto, que las personas a veces no lo vemos como es, por eso, nuestra protagonista, cuando llegue, se va a encargar de enseñárselo a mamá y a todo el que quiera escucharla porque Anita no va a ser como las demás niñas, ella tiene una peculiaridad, un cromosoma de más.
No conozco muchos niños con esta peculiaridad, ni muchas familias que hayan tenido que enfrentar el hecho de que a su familia llegará un bebé con síndrome down, pero conozco algunas y por eso, este libro, me ha parecido tan bonito y tan especial.
Este no es un cuento en el que vengan a relatarnos una historia de pena, ni tampoco una historia maravillosa con un final feliz. De una manera muy sutil y con mucho cariño y sensibilidad nos enseñan una realidad. La llegada a una familia de un bebe como Anita suele provocar en un principio pena y preocupación, sobre todo esto segundo, pero también, suelen traer una nueva visión del mundo, ni mejor ni peor, diferente y una cantidad de cariño impresionante.
Recuerdo que una madre me decía en la librería, "al final, todos los hijos nos preocupan, si no es por una cosa es por otra". Y me comentaba que, una vez pasado el shock inicial, los miles de miedos y los agobios, ese niño del que me hablaba, no preocupaba a sus padres más que los demás, les preocupaba de otra manera, pero sí había llevado a la familia una alegría y una calma que antes no conocían.
Supongo que cada caso es diferente y podrá haber quien opine todo lo contrario a lo que a mí me contaba esta madre pero esta historia me ha gustado porque cuenta, fundamentalmente, todo lo bueno que va a llevar Anita a su familia. Es un libro positivo pero real, no engaña a nadie pero la persona que lo escribe lo hace con un gran cariño, y le cuenta a esa niña que está a punto de nacer que, como en cualquier familia, su llegada será una alegría y le cuenta todo lo que tiene que enseñarles a los que ya están aquí, lo preciosa que será y todo el cariño que va a regalar (creo que hay pocas cosas más bonitas que regalar cariño). Y por supuesto, deja muy claro todo el cariño que ya la está esperando, con los brazos abiertos.
Este es un libro de esos tiernos en el que las ilustraciones acompañan al texto a la perfección. Con unos dibujos suaves y muy alegres la ilustradora, cuenta la historia a su manera. Me gustan por su sencillez y sobre todo porque dan sensación de amplitud y limpieza. No están ahí únicamente para adornar la historia, la complementan y ayudan a que el conjunto sea un álbum ilustrado muy bonito y muy sentido.
No es un libro editado por una editorial convencional así que, os dejo el enlace de dónde podéis encontrar más información sobre él. También está disponible en eBook.
Creo que se nota pero por si acaso, a mí me ha gustado mucho, mucho, mucho.