El suicidio ya es la primera causa de muerte no natural en España

Por Fat

Con la reducción de víctimas por accidente de tráfico, el suicidio se ha convertido en la principal causa de muerte no natural en España. Cada año se producen en nuestro país más de 3.000 suicidios, aunque son muchos más los que lo intentan sin llegar a conseguirlo: se calcula que por cada suicidio consumado, se producen unos 20 fallidos. Esto supone que alrededor de unas 60.000 personas muestran cada año algún tipo de conducta suicida. Puesto que el 90% de los suicidas padecen trastornos mentales, los expertos en salud mental consideran que estas cifras podrían reducirse con una política de prevención adecuada. Es sobre este tema sobre el que debatirán cerca de 400 profesionales de la salud mental que se reúnen estos días en Sevilla en los II Encuentros en Psiquiatría: conducta suicida, que se celebran los días 1 y 2 de abril en el Hotel Meliá Lebreros de la capital andaluza. “La mayoría de los suicidios responden a trastornos mentales, por lo que los psiquiatras tenemos mucho que aportar en la detección de las conductas suicidas y su posterior tratamiento para evitar el fin no deseado”, señala José Giner, catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Sevilla y uno de los organizadores del encuentro. En los últimos años, España ha pasado de ser un país con riesgo de suicidio bajo a tener riesgo moderado, con una media de 12 muertes por suicidio por cada 100.000 habitantes en hombres y 4 por cada 100.000 en mujeres. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tasa anual en el mundo es de 16 por cada 100.000. El suicidio aquí no sólo es ya la primera causa de muerte no natural, sino que también es la tercera causa de muerte entre la población joven, de entre 15 y 30 años, tras los accidentes de tráfico y el cáncer. La autolisis supone el 10% de las muertes entre la juventud española. Es por esto que los profesionales de la salud mental consideran necesario, en primer lugar, “establecer programas de atención, evaluación y seguimiento en los pacientes que realizan un intento de suicidio, ya que el hecho de haberlo intentado es el primer factor de riesgo de suicidio consumado”, apunta Giner, quien, en ese sentido, añade que “los casos atendidos e identificados en los servicios de urgencias hospitalarios representan una oportunidad para iniciar estos programas”. -Guía para el profesional En el marco de estos Encuentros, se presenta el libro Suicidio y psiquiatría, editado por la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental, la Sociedad Española de Psiquiatría y la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, y está liderado por los catedráticos José Giner, Julio Bobes (catedrático de la Universidad de Oviedo y presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica) y Jerónimo Saiz (catedrático de la Universidad de Alcalá y presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría). Este monográfico sobre la conducta suicida pretende convertirse en una especie de manual de ayuda a los profesionales para la detección y prevención del suicidio. “El monográfico está consensuado por más de 400 psiquiatras de toda España, por lo que podemos decir que es una herramienta muy válida para que los profesionales que nos dedicamos a la salud mental podamos trabajar con los pacientes que presentan estos comportamientos y evitar que logren su objetivo”, explica Giner. En el libro, los profesionales señalan cuáles son los principales factores de riesgo. Aparte de variables como la heredabilidad (los familiares de primer grado de sujetos suicidas tienen el triple de riesgo de realizar conductas suicidas), el sexo (tres cuartas partes de los suicidas son hombres), o la edad (el grupo de edad con mayor tasa de suicidio es el de los mayores de 70 años, de 30por cada 100.000 habitantes), el mayor factor de riesgo es la enfermedad mental. “Los estudios de autopsias psicológicas de series consecutivas de suicidios confirman la presencia de uno o más trastornos psiquiátricos en al menos un 90% de los casos; y es aquí donde nosotros podemos trabajar”, apunta Giner. Trastornos mentales, afectivos, esquizofrenia, ansiedad, trastornos de personalidad y el abuso de sustancias son las principales causas de la conducta suicida. Así, el monográfico Suicidio y psiquiatría aporta las claves para detectar un caso de riesgo, dividiendo los factores de riesgo en primarios o médico-psiquiátricos, secundarios o psicosociales y terciarios o demográficos. 1. Primarios o médico psiquiátricos: a) Trastorno psiquiátrico mayor (depresión, esquizofrenia, trastorno por uso de sustancias) b) Intentos de suicidio previos. c) Comunicación, directa o indirecta, del deseo de morir o de intentar suicidarse. d) Suicidio de miembros de la familia. e) Alteración en la regulación del sistema serotoninérgico, colesterol sérico bajo, test de supresión con dexametasona bajo en depresión 2. Secundarios o psicosociales: a) Acontecimientos negativos durante la infancia, como divorcio o pérdida parental. b) Aislamiento, vivir solo (divorcio, viudedad). c) Pérdida de trabajo, desempleo. d) Acontecimientos vitales agudos severos. e) Tabaquismo. 3. Terciarios o demográficos a) Sexo masculino. b) Varones adolescentes y jóvenes; edad avanzada (ambos sexos). c) Periodos de vulnerabilidad especial (primavera, comienzo del verano, período premenstrual…) d) Grupos minoritarios: familiares de víctimas de suicidio, víctimas de desastres, bisexualidad, homosexualidad… Por último, esta obra plantea una serie de pautas de intervención para orientar de forma segura a los profesionales. Así, en primer lugar, apuesta por la creación de programas específicos de prevención, protocolos de intervención y registros acumulativos de casos, tanto en el ámbito asistencial como institucional. Después, aborda la necesidad de evaluar la conducta suicida en la clínica, registrando en la historia del paciente su evolución del riesgo de suicidio. Control, autoestima, capacidad de hacer frente a los problemas propios del individuo y promover una mayor participación e integración en el entorno familiar y social son labores que debe afrontar el profesional. De la misma forma, entre las estrategias más efectivas para prevenir suicidios se encuentran la prescripción de medicamentos y el control del acceso a formas de cometer un suicidio.