En el siglo XXI gran parte de la población está al tanto de que en algunos alimentos existen sustancias con un excelente poder regenerativo, conocidas como antioxidantes. Estos maravillosos compuestos también están presentes en distintos tipos de té de origen oriental. El té verde —uno de los más célebres en los últimos años— es uno de ellos. Su difusión en el público popular es tan grande que cada vez más países deciden importar esta maravillosa hierba medicinal que se puede beber como infusión.
Recientes investigaciones hechas sobre el té verde, una de las mejores fuentes de antioxidantes naturales, demostraron que esta bebida oriental tendría un efecto protector contra la diabetes tipo 1. Este tipo de diabetes se produce cuando el páncreas deja de producir insulina por completo (los pacientes necesitan inyecciones de insulina). Algunas de las experiencias realizadas en roedores ya confirmaron que los antioxidantes del té verde previenen este tipo de diabetes.
Este descubrimiento fue toda una novedad para el ámbito científico. Las investigaciones realizadas hasta la fecha, de hecho, descartaban casi por completo la existencia de un alimento o hierba natural con una capacidad innata para prevenir la diabetes tipo 1 (la forma de diabetes de más difícil tratamiento).
El agente antioxidante que estaría en juego en la prevención de la diabetes al beber té verde sería la sustancia EGCG. La acción de la EGCG beneficiaría el funcionamiento del páncreas, impidiendo el desarrollo de enfermedades o afecciones autoinmunes (como la que caracterizaría a este tipo de diabetes). Lo bueno del té verde en los tratamientos contra la diabetes es que no posee efectos secundarios y puede ser consumido en cualquier momento del día, obteniendo la persona otros beneficios extras que van más allá de la prevención de la diabetes tipo 1.