El tenis en España tuvo un antes y un después

Por A-Cero Blog

Hoy, Joaquín Torres, el Director de A-cero te recomienda a Manolo Santana.

Manolo Santana nació en Madrid en 1938. Se inicia en este deporte como recogepelotas en el Club de Tenis Velázquez, donde fue creciendo como jugador gracias al apoyo de un socio del club, Romero Girón.

Triunfa en la década de los 60, cuando el tenis era un deporte de élite reservado sólo para unos pocos. Ganador de Cuatro Grandes Slam. Hasta el 2008, año en que ganó Rafael Nadal, era el único jugador español que había sido capaz de ganar en la superficie verde de Wimblendon.

Representa la historia viva de este deporte. La llegada de la era Open en 1968, reunió la categoria profesional y amateur en una, creándose la Asociación de Tenis Profesional (ATP) en el caso de ellos, y la Women’s Tennis Association (WTA) en el caso de ellas. De esta forma el tenis adquiría una estructura más unitaria y más abierta para que todos pudieran acceder a ella.

Gracias a esto y a los triunfos de Manolo Santana, España entró a formar parte de los grandes rivales a tener en cuenta a la hora de disputar una Copa Davis, o disputar un Roland Garros. Los españoles movidos por este espíritu ganador, empezaron a dedicar no sólo horas a ver los triunfos de Santana, sino que también empezaron a practicar este deporte. De ahí que hoy, cuando se habla de tenis, se habla de la Armada Española. Manolo Santana fue el gran precursor de esta saga de Nadal, Ferrer, Feliciano o Verdasco.

Su superficie favorita, como la mayor parte de los españoles, era la tierra batida, donde se movía como pez en el agua, con ángulos imposibles, dejadas y voleas inalcanzables

Tras su retirada como jugador, su vida siempre ha estado ligada al tenis. Fue capitán de la Copa Davis en dos etapas. Posteriormente creo su propio club de tenis en Marbella, tanto para promocionar este deporte como par dar la oportunidad a jóvenes promesas.

Hoy en día es el director del Master Series de Madrid, y como buen aficionado que es, intenta acudir, siempre que sus responsabilidades se lo permiten, a ver los partidos de los distintos jugadores españoles en el circuito.