¡La recta final fue lo más duro!
Toda mujer con la que hablaba, que había pasado por esos nueve meses de espera, coincician en lo mismo "los últimos meses son los peores", y a pesar de que yo siempre soy escéptica a todo eso que se dice a menos que tenga pruebas, he de decir que en eso tenían razón.
Pero en mi caso, además de tener que convivir con las dolencias y molestias propias de este trimestre, tuve que sobreponerme de una dolorosa e inesperada despedida.
El momento más duro del embarazo
Decir adiós a un ser querido nunca es fácil, pero si te toca vivir esta circunstancia cuando estás impaciente por presentarle a un nuevo miembro de la familia, es terriblemente doloroso. La noche del día 6 de mayo de 2019, vivimos el momento más duro y angustioso de embarazo, Kai, nuestro gatito de apenas 4 años, nos dejó para siempre, de repente, sin esperarlo, en nuestros brazos y sin poder hacer nada para ayudarle. Sufrió un infarto.
La angustia se apoderó de mí, no podía dejar de llorar y terminé la noche en el hospital, afrontando un ataque de ansiedad y pasando un miedo horroroso por nuestro bebé. Como consecuencia, me tocó hacer reposo los días siguientes para evitar riesgos de un parto prematuro.
Quizás quien no tenga una mascota le cueste entenderlo, pero en esta casa nuestros dos felinos son parte de la familia, estábamos deseando sumar uno más y disfrutar todos juntos, pero ese adiós, lo cambió todo. Su pérdida dejó un enorme vacío, y aún hoy, varios meses después, seguimos intentando reponernos mientas le echamos en falta en cada momento.
¡Vemos la carita de nuestro bebé por primera vez!
Pasamos de uno de los peores momentos, a uno de los más dulces, y es que gracias la tecnologías 4D y 5D, ahora ya no hay que imaginarse cómo va a ser tu bebé porque puedes hacerte una idea viéndolo en tiempo real a través de una pantalla.Ya con los siete meses del embarazo cumplidos, elegimos el Centro de Ecografias 4D Hola Mami de Barcelona para ver por primera vez la carita de nuestro bebé y emocionarnos como nunca.
Nuestro pequeño no era muy fan de las ecografías, las fotos y la presión durante el embarazo, solía esconderse o taparse con sus brazos, pero Mercé, la profesional que nos atendió, tuvo muchísima paciencia con él, y uso todas las técnicas que estaban en su mano para que pudiésemos ver bien sus facciones y nos llevásemos nuestra primera foto a casa. Además, respondió con mucha profesionalidad todas nuestras dudas, y nos contó un montón de detalles que nadie nos había explicado aún acerca del bebé y el embarazo ¡Eso lo agradecimos muchísimo!
Sin duda, fue una experiencia tan bonita que se la recomiendo a todas las parejas que estén esperando un hijo y se encuentren entre las semanas 25 y 30, porque es cuando su carita ya está bien definida. Creo que merece mucho la pena porque se estrechan vínculos con el bebé, y es un momento muy especial, sobretodo para el padre que no puede sentir su evolución como nosotras, y así empieza a imaginárselo.
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¿Cómo ha sido el tercer trimestre de mi embarazo?
En este trimestre se sumaron muchos factores que hicieron que fuese especialmente intenso; los cambios del embarazo eran más que evidentes, las molestias ya no me pasaban desapercibidas, el temor al momento del parto se convirtió en algo real, y las ganas de tener en brazos a ese bebé que estaba crecido dentro de mi me tenían impaciente y nerviosa.1. Clases de preparación al parto
Cuando mi matrona me recomendó apuntarme a las clases de preparación al parto, no tuve que pensármelo. Era consciente de mi desconocimiento hacia todo lo que estaba por llegar, y la falta de información acaba convirtiéndose en un lastre, las dudas atormentan y el miedo bloquea, así que yo, como primeriza y novata, tenía ansia de saber y ganas de ponerme las pilas para que el final de esta travesía fuese lo más idílica posible.Estas clases fueron de lo más importante del embarazo, junto al entrenamiento semanal de natación para embarazadas de las cuales os hablé en el post del segundo trimestre. Con ellas aprendí a detectar que síntomas y sensaciones eran algo normal del proceso, y con cuales había que dar la voz de alarma, algo que me tranquilizó mucho porque llegado un punto del embarazo, sientes muchísimas cosas y no sabes si algunas de ellas podrían ser algo preocupante, también nos enseñaron como saber si ha llegado el momento del parto, dado que puede darse de muchas formas distintas dependiendo de cada una, y practicamos masajes, posturas, y ejercicios para facilitar la bajada del bebé, evitar la episiotomía en el parto, y relajar el dolor de lumbares y contracciones. También un montón de cosas sobre los cuidados y necesidades del bebé en sus primeros días y detalles sobre la lactancia.
2. Llegaron las molestias intensas
A medida que iba creciendo la barriga y aumentando de peso, que fueron en total 23kg -se me fue un poco de las manos, a pesar de tomar medidas para evitarlo-, las molestias se intensificaban.El dolor de lumbar llegó a ser insoportable durante unos días, los masajes aprendidos en las clases de preparación al parto aliviaban pero no lo eliminaban, y los analgésicos permitidos en el embarazo no me ayudaban, así que en esos momentos terminaba muchas horas sentada o tumbada para sentirme mejor, aunque tampoco fue la mejor solución, dado que las horas de "descanso" se hacían agonizantes intentando encontrar una postura cómoda, que era casi imposible con semejante bollo.
A eso se le sumaba un ligero hincharon de piernas y pies, que en ese momento me parecía exagerado, pero más tarde supe que no lo fue, y esto os lo contaré mejor en el siguiente post, cuando os cuente como fue el parto. De todos modos, calzarme sola era imposible y encontrar un calzado apropiado en mi armario, casi peor.
Los dientes. Si, aunque parezca increíble -a mí me lo parecía-, hay embarazos que te dejan la boca hecha unos zorros y el mío estaba siendo así. En el punto de partida mi dentadura estaba recién arreglada, con brakets retirados hacia apenas unos meses y con todas sus piezas en perfecto estado, pero en los primeros seis meses sufrieron una brutal masacre de caries, y también mis encías se sumaron a la fiesta, hinchándose cual flotador de verano y produciendo una sensibilidad extrema. Con todo, pasé muchas noches sin poder dormir de dolor y con muy pocas opciones en mi mano, ningún dentista se atrevió a intervenir durante la gestación.
Las contracciones llegaron con bastante antelación. Primero las indoloras que tan solo ponían la barriga dura y tensa durante unos segundos, más tarde, de forma irregular, y aún siendo pronto, empecé a sentir un dolor similar a los que causa la regla, pero un poco más intenso. Aunque de entrada no lo sabía, resulta que esas ya eran las contracciones que anunciaban que el bebé se estaba preparando, me lo confirmó la ginecóloga en uno de los muchísimos controles que pasamos los últimos días.
Como menos importante, en las últimas semanas apareció el cansancio y el sueño extremo en horas poco adecuadas, y el insomnio a la hora de dormir, los cambios de humor, la irritabilidad por la incomodidad soportada, los nervios y las ganas de terminar con todo el malestar.
3. Cuidados extras en las ultimas semanas
Mi piel tenía límite, y superado el tamaño de tres sandias no dio más de sí. De pronto, una mañana desperté, y al mirarme al espejo tuve que parpadear un par de veces, y tratar de recordar qué había estado haciendo esa noche, parecía que había perdido una pelea con un tigre.De nada sirvió todo el aceite de almendras dulces que había aplicado a diario durante los anteriores ocho meses, las antiguas estrías, que hasta ahora pasaban desapercibidas en su tono plateado, empezaron a cobrar vida de nuevo y ha agrietarse a lo largo y ancho. En ese momento tuve que tomar medidas y empezar a usar el aceite de Bio-Oil, que me habían recomendado un montón de chicas para reducirlas visiblemente.
Lo usé día y noche en las ultimas semanas y conseguí difuminarlas bastante, aunque a día de hoy - dos meses desde que di a luz- sigo usándolo y aún me queda mucho empeño hasta que dejen de verse tan recientes las marcas que me recordaran para siempre que una vida creció dentro de mi.
Además de esto, en la recta final hizo falta una limitación en mi alimentación, no solo para frenar el incontrolable aumento de peso, si no para no sentirme sobrepasada, hinchada y agobiada cada vez que comía.
4. La maleta del hospital
¡Menos mal que no se adelantó! Porque me relajé y no me puse a preparar la maleta del hospital hasta que quedaban apenas tres semanas para dar a luz. No tener las cosas compradas y listas a esas alturas me generó tal estrés que no se lo recomiendo a nadie, con todo el tiempo que tenemos durante el embarazo ¿Para qué esperar tanto?Hice un post en su día con una lista de las cosas que hay que llevar al hospital para que la podáis descargar, y os expliqué como la preparé yo dejando algunas recomendaciones.
5. La habitación del bebé
Esto sí que lo empezamos a preparar con tiempo. Nos hacia mucha ilusión ir adaptando la casa para dar la bienvenida a uno más, ponernos de acuerdo para elegir sus primeras cosas, y decorar poco a poco a medida que se acercaba la fecha del nacimiento.Hace unos días os enseñé todos los detalles de la habitación de nuestro bebé en este post ¡No os lo perdáis!
Y así, con contracciones que parecían que si, pero que no, con la incertidumbre de si ese dolor era suficiente y esperando más síntomas que me indicaran el momento de parto, llegue a la semana 39 convencida de que esto había llegado a su fin y que muy posiblemente no pasaríamos de esa semana. No me equivoqué.
En el próximo post, os contare cómo me puse de parto, cómo fue el parto, y cómo llevé los primeros días.
Lo anunciaré en mis redes sociales, ¡No te lo pierdas! (@mvesblog)