El tiempo
Uno de los elementos que se nos hace más difíciles de manejar en nuestra estadía en la tierra es “El tiempo”, nuestro análisis se va a centrar en esta oportunidad en comprenderlo.
Cuando somos niños nuestro tiempo pareciera ser infinito, pasamos largas horas jugando e inventándonos tantas historias, comprendiendo el mundo y muchas veces sorprendiéndonos de sus fenómenos, conforme vamos pasando etapas el tiempo se transforma en un juez que constantemente nos está calificando, así nuestro principal enemigo es perder tiempo.
En primer lugar debemos hacer un ejercicio, recuerde la primera vez o la última que se ha enamorado verdaderamente de alguien o de alguna actividad, salgase un momento de la lectura y al tener esa imagen en su mente vuelva al siguiente párrafo.
Si pudo apreciar con claridad, el tiempo o mejor dicho su percepción cambió, y usted se preguntará ¿Por qué? Muy sencillo, CUANDO AMAMOS VERDADERAMENTE UNA LABOR O ALGUNA PERSONA NO EXISTE EL TIEMPO, es muy importante que entendamos a plenitud esta frase, porque la idea que quiero dejarle con estas líneas es: El tiempo NO existe, la sucesión de hechos que nos ocurren en la vida está determinado ciertamente, pero no es como lo vemos nosotros, el tiempo no es un enemigo, que constantemente está huyendo de nuestras vidas y condenándonos, olvidemos ese paradigma.
El tiempo es (como toda ilusión de la mente) lo que queramos que sea, el tiempo para los que sufren por él será un martirio, pero para quienes disfrutan de los hechos que les ocurren el tiempo es un gran aliado, el tiempo nos hace más fuertes, más sabios, nos transmuta, el tiempo es nuestro mayor aliado, si creemos con firmeza en su poder de transformación.
En este instante, concentremos nuestra vida, recordemos lo valioso que es nuestra permanencia en esta tierra y aprovechemos las oportunidades, dejemos de quejarnos del “tiempo” que perdimos y aprovechemos este momento para sembrar lo que queremos cultivar en el futuro, el tiempo es nuestro gran catalizador, el tiempo nos ayuda a crecer, nos transforma en mejores seres humanos, realmente humanos, les deseo una mente serena para comprender y un corazón siempre dispuesto amar profundamente.