Podría parecer que tiene poca relevancia, pero la verdad es que me genera un poco de ansiedad, pues al final me encuentro que no realizo todo lo que me había propuesto por falta de tiempo.
Este año, voy a intentar hacer las cosas de manera diferente:
1. Voy a contar los días que restan para las fechas navideñas.
2. Y voy a marcar objetivos con fechas, tales como: compras, felicitaciones, reuniones con amigos, y hasta voy a organizar un fin de semana a una casa de turismo rural con amigos, que siempre decimos que lo vamos a hacer, y después, buscamos escusas-que si la familia, que si hace mal tiempo-, con tal de no asumir su organización.
Ya he escrito en otras ocasiones lo importante que es la planificación. Creo que lo menciono tanto, porque a mí me resulta útil dado lo poco organizada que soy, pues me ocurre con facilidad que quiero hacer muchas cosas y al final no me da tiempo.
Lo relativo a las compras es algo que voy a procurar hacerlo con comodidad. Después de la experiencia que tuve con la compra de la ropa de cama y el edredón por internet, ya voy a encontrar fácilmente los detalles que quiero hacer a mi hermana y cuñada. Sé que les va a encantar. He pensado en algún artículo de Algodón de Egipto. Estoy dudando entre unas fundas de almohada, o un juego de toallas divino que vi el otro día en la web cuando entré para recordar los artículos que tenían.
Por cierto, algo que me llamó la atención al entrar en la página, fue un artículo que aparece en el blog, dónde hablan de la historia del Algodón. Hay algunas curiosidades que son dignas de comentar. Por ejemplo que en la Edad Media en Europa se desconocía el origen del algodón y se llegó a creer que procedía de un animal que estaba unido por un cordón o vástago a una planta. Los de la época se imaginaban que esos animales eran como cabritillos que estaban sujetos a una planta, como si fuera una calabaza y de ahí surgía el algodón, o tejido suave. Realmente es increíble la imaginación que podemos llegar a tener. Otra referencia a la historia del algodón tenía que ver con el nombre que los árabes de daban: le llamaban Al- kutun o al- ketan, de donde procede “algodón” y “cotton”.
Volviendo al tema de las navidades creo que este año voy a conseguir disfrutarlas sin pasar los agobios de otras ocasiones, y voy a dejar el derroche de energía para los momentos importantes: hacer las felicitaciones, tomar esa copita relajada con los amigos de toda la vida, y también, cómo no, el momento de los regalos. A mí me produce un derroche de adrenalina. Creo que quien recibe el regalo se siente feliz en ese momento con la muestra de atención y cariño de quién se lo hace. Pero creo que la ilusión y felicidad es mayor para quien se lo da, pues primero ha pensado en el regalo perfecto para esa Navidad, y después ha puesto la ilusión necesaria para buscarlo, conseguirlo y tenerlo en el momento preciso. Creo que buscar el tiempo para el regalo perfecto de navidad tiene grandes compensaciones.