El timo de las pulseras "Power Balance"

Por Ellaboratoriodedarwin
Te imaginas una pulsera capaz de reducir el dolor, el estres, las lesiones deportivas y que encima mejora la resistencia. Seguramente esté pensando que esa joya debe valer miles de euros y que va a revolucionar la medicina… Pues mira por dónde sólo cuesta 35 euros.
Tras esta irónica entrada nos encontramos ante algo mucho más serio. Un timo de grandes dimensiones económicas para sus creadores claro está. Las famosas Power Balance, que así se llaman prometen cuantiosos beneficios. Pero el principal beneficio que describe al Power balance es que brinda al cuerpo un estado de armonía y equilibrio, la mayoría de las personas experimentan diversos grados en el aumento del equilibrio, de la fuerza, flexibilidad, resistencia, enfoque y coordinación o ritmo.

A pesar de que no deja de ser el viejo cuento de las pulseras energéticas, nos ha llamado la atención que esta reinvención ahonda más en las características típicas de estos productos mágicos: el uso de palabros y propiedades rimbombantes que suenan a última tecnología, a la par que se afirma que la “medicina oriental” lleva milenios utilizándolas (comodín donde los haya, este de las medicinas milenarias). Pero veamos en que consiste esta remodelada parafernalia de las pulseritas energéticas.
Básicamente, la explicación resumida de las pulseras holográficas consiste en que llevan unos hologramas en los que se han grabado frecuencias naturales que resultan beneficiosas para el cuerpo humano, el cual en estado sano posee una frecuencia específica entre 62 y 72 Hz, cuya alteración produce estados patológicos. Las frecuencias grabadas en el holograma equilibran esta frecuencia natural del ser humano, con lo que no solo sirven para mejorar el equilibrio, la fuerza y la elasticidad, sino que también curan dolores, estres, mareos, fatiga, etc.
Frecuencias beneficiosas
Según las webs que venden esta “tecnología”, la base de las pulseras consiste en un “holograma que funciona a través de frecuencias que se encuentran en nuestro ambiente natural de las cuales ya conocemos de sus efectos positivos en el campo de energía del cuerpo“.
¿Qué carajos significa esto? Algún distriubidor aclara un poco más, diciendo que “Power Balance es un holograma en el que se han incrustado frecuencias naturales halladas en la naturaleza“.
¿Estos señores de Power Balance saben que demonios es una frecuencia?. Según ellos, parece que la “frecuencia” es algún tipo de emisión beneficiosa, algo así como una “energía”, pero más moderna. Algo que además se puede “incrustar” en un holograma, ahí es nada…
Pues va a ser que no. La “frecuencia” no es ninguna emisión ultratecnológica. La frecuencia simplemente es una magnitud física, que señala la tasa de repetición de un fenómeno en una unidad de tiempo. Así, podemos decir que la frecuencia cardiaca de un humano sano es de 60 a 80 pulsaciones por minuto, que meteoritos de un metro de diámetro chocan contra la Tierra con una frecuencia de uno al año o que el motor de un vehículo se mueve a 4.000 revoluciones por minuto.
La fórmula general para calcular la frecuencia de un evento consiste en medir el tiempo entre dos repeticiones y hallar su inverso:cf56377ea780a8ce1586d2abed17482cDe esta forma, si un evento se repite cada 0,5 segundos, su frecuencia será 1/0,5 = 2 ciclos por segundo.
Según el sistema métrico internacional, la unidad de medida es el Herzio (Hz), que es el número de veces en que se repite el evento en un segundo. Una frecuencia de 20Hz, por lo tanto, tiene una repetición de 20 veces por segundo. Anteriormente se denominaba ciclos por segundo (cps), unidad que aún se emplea en ocasiones.
En el caso de las ondas (como las ondas en el agua, aire o la radiación electromagnética), la frecuencia es el número de oscilaciones (vibraciones completas) que efectúa cualquier partícula, del medio perturbado por donde se propaga la onda, en un segundo. Una vibración rápida corresponde a una frecuencia elevada, mientras que una vibración lenta corresponde a una frecuencia baja.
¿Que significa entonces eso de “incrustar una frecuencia”? Pues evidentemente, una total incorrección, por no decir un completo disparate, equivalente a “incrustar una longitud” o “incrustar un volumen”. Cuando decimos que algo “emite una frecuencia”, en realidad lo que se emite es una radiación, un sonido o una vibración de cualquier tipo, la cual tendrá unas características determinadas: una amplitud, una longitud de onda y una frecuencia.
Por eso, no se pueden emitir o grabar frecuencias “a secas”, de igual forma que no se pueden emitir o grabar longitudes o volúmenes “a secas”. A no ser, claro está, que los señores de Power Balance se refieran a que han grabado en el holograma un dibujo como el de la figura superior, la palabra “xx Hz” o el holograma de un rayo láser que tuviese dicha frecuencia. El problema es que solo podría “leerse” con otro laser de frecuencia similar, pero eso es otro cantar.
Hologramas emisores
Los charlatanes de Power Balance afirman que “cada objeto de este planeta tiene una frecuencia que puede medirse con exactitud, Albert Einstein sabía que todo en el universo emite una frecuencia única“. Típico ejemplo de magufología aplicada: mezclamos unos conceptos confusos con el nombre de un genio y parece que estamos revolucionando la física contemporánea.
Profundizando un poco, encontramos que los fundadores de la Compañía Power Balance, Troy y Josh Rodarmel explican que “un holograma puede almacenar más datos por centímetro cuadrado que otros materiales [...] mediante cálculos realizados por ordenador podríamos de una forma más barata incrustar las mismas frecuencias en los hologramas” y se quedaron tan anchos.
Efectivamente, en un holograma pueden grabarse datos, al igual que un papel, en un CD o en un DVD. La ventaja es que, a diferencia de estos medios, la holografía utiliza todo el volumendel material de almacenamiento, en lugar de únicamente de la superficie. Aunque por otro lado, para grabar una frecuencia tampoco hace falta mucha capacidad de almacenamiento, con escribir “72Hz” ya hemos terminado.
Ahora bien, pretender que al grabar “datos de frecuencia” en forma holográfica estamos produciendo un efecto sobre el organismo, sería el equivalente a decir que colgándonos del cuello un DVD en el que se encuentra grabado un documental sobre la vida de los tigres aumentamos nuestra agresividad y potencia física.
Resonando el biocampo
Por si todo esto fuera poco, los charlatanes de Power Balance hacen filigranas dialécticas para explicar el funcionamiento de estos hologramas emisores de energías naturales del cuerpo humano: “Power Balance no contiene ningún tipo de energía por si solo. Tus energías bio-eléctricas cargan el holograma quantum.“.
Vaya, se supone que nuestras energías bioeléctricas cargan el holograma (lo de quantum debe ser que suena a cuántico, la repanocha de moderno y científico). Vamos a ver, si el holograma solo era una imagen que tenía grabadas unas frecuencias determinadas, ¿como puede cargarse? ¿se calienta? ¿se genera una diferencia de potencial? ¿donde? ¿cómo?.
Para aclarar, siguen los charlatanes afirmando “ Power Balance puede entenderse como el diapasón funciona resonando con tu cuerpo, sintonizando con el biocampo, armonizando con tu chi interior“. Venga, sin cortarse un pelo, ahora nos pasamos en una frase de energía eléctrica a resonancia mecánica, y sin despeinarnos.
El biocampo: ese gran desconocido
En primer lugar, nunca se ha podido comprobar -ni mucho menos medir- la existencia del pretendido “biocampo” que pregonan muchas medicinas alternativas. Como hemos explicado antes, las radiaciones emitidas por el organismo son de frecuencia muy variada. En segundo lugar, la resonancia de un diapasón es un fenómeno mecánico por el cual un cuerpo expuesto a una vibración coincidente con su frecuencia natural ve aumentada la amplitud de la vibración propia (un diapasón vibrando puede hacer sonar un segundo diapasón gemelo). A esto se debe también la capacidad de algunas sopranos de romper un vaso con el canto, dado que emiten en la misma frecuencia que la natural o de resonancia del vaso.
Por lo tanto, la burrada que afirma esta gente es que el campo bioeléctrico se convierte en una vibración sonora que coincide con la frecuencia natural del holograma (que no tiene que ver con lo que tenga grabado, sino con la naturaleza del material en el que está construido). Completamente delirante. Si a algún paciente lector le quedan ganas, puede leer este excelente artículo sobre resonancia del blog de Wis Physics.
Pero ya lo que constituye la puntilla del argumento es el final de la explicación: “El estrés generalizado y la actividad física hacen que los bio-campos sean más caóticos e incoherentes. Power Balance transforma este proceso asegurando eficiencia, armonía y equilibrio“.
Pero hombres de dios, si el holograma resonaba porque estaba sintonizado con esa frecuencia inexistente y ésta cambia, en todo caso dejará de resonar, ¿como narices se las apaña para modificar la frecuencia original?. Cuando una soprano rompe un vaso, se debe a que emite su sonido en la frecuencia específica del mismo, pero si la soprano desafina, el vaso no le hace cambiar de tono automáticamente! Quizá los que deban leer a Wys Physics sean los redactores de tan peregrina explicación.
Charlatanería y solo charlatanería
Concluyendo, nos encontramos ante un modelo típico de charlatanería pseudocientífica: se graba en un holograma la frecuencia específica del cuerpo humano que nunca se han medido ni se ha comprobado que exista, se coloca este holograma en una pulsera y se pone a resonar con tu energía bioeléctrica por el simple hecho de llevar escrita una frecuencia, saltándose todas las leyes de la física y sin que además sirva para nada, dado que cuando la imaginaria frecuencia natural coincide con la grabada, es porqué según estos tipos el organismo funciona correctamente. Finalmente, si tu biocampo -que tampoco se ha detectado jamás- cambia de frecuencia, el holograma -por si se había dejado alguna ley física sin violar- deja de resonar y se convierte en un modulador que modifica ese imaginario biocampo consiguiendo que un cuerpo blando y compuesto de muy diversos materiales como es el cuerpo humano entre en resonancia, y todo ello sin emitir energía ni radiación ninguna, por toda la cara.
Fuente: La ciencia y sus demonios