El tomate es rico en licopeno, pigmento vegetal con conocidos efectos antioxidantes, que se asocian con la protección frente al cáncer de pulmón, próstata y tubo digestivo, así como frente a la degeneración macular, (principal causa de ceguera en la gente mayor).
Pero, ¡ojo! el licopeno del tomate se libera sobre todo al cocinarse y en menor cantidad cuando se come en crudo. Por esta razón, quien practica la cocina mediterránea, en donde abundan las salsas de tomate y los sofritos que llevan también una base de tomate se está asegurando un mejor aprovechamiento del licopeno.
Volviendo al tema principal del post: el tomate es un alimento rico en vitaminas C y A. Posee minerales como el hierro, fósforo, calcio, magnesio, zinc, cobre, potasio y sodio. Por todo ello, es un conocido mineralizante y desintoxicante, ayudando a eliminar el ácido úrico gracias a su efecto diurético.
Cualquier alternativa es buena para disfrutar de sus propiedades:
Gracias a su bajo contenido calórico, está altamente recomendado en dietas de adelgazamiento.
Ayuda a disolver los ácidos orgánicos en la sangre, (el ácido úrico, la urea, en el reumatismo, intoxicaciones de la sangre por alimentos).
Tiene un efecto diurético y depurativo.
Ayuda a disolver los cálculos del hígado y la vesícula.
Regulador intestinal (por su contenido en fibra).
Besos desde mi blog!!!