El Torino, ¿es un auto argentino?

Por Archivo De Autos
Argentina tuvo autos compactos de origen estadounidenses de las tres grandes marcas (Ford, General Motors y Chrysler). Así el Ford Falcon, el Chevrolet 400 y el Valiant se fabricaron en el país bajo licencia siendo, todas, versiones local de un auto extranjero. Pero el Torino fue otra cosa. Si bien nació de un auto extranjero no fue la versión local de nada parecido en su país de origen.

Torino 380 W del año 1967 en el road test de la revista
Parabrisas número 80 de agosto de 1967.


Partamos de la base que el Torino deriva de dos modelos diferentes de Rambler, que fabricaba la American Motors en Estados Unidos. Muchos argentinos creen que el Torino era un modelo de Rambler cuando en realidad fueron dos modelos diferentes: uno para la cupé y otro para la berlina de cuatro puertas. Porque existió un Torino de cuatro puertas, que muchos, parecen desconocer o despreciar.
El Torino, más conocido, el de dos puertas derivaba del Rambler Rouge Hardtop y el Torino, familiar, de cuatro puertas del Rambler 440 Sedan. Es decir que la carrocería del Torino era de la marca Rambler. Como ilustración les dejo dos fotografías con los modelos base del Torino argentino. Ahora empieza a asomar la casa Pininfarina y los retoques de la trompa y cola que darían origen al Torino.
El nombre del Torino fue en honor a la ciudad de Turín donde se rediseñó una parte de la carrocería del auto argentino que haría historia. Por eso el logo con el caballo rampante que figura en el escudo heráldico de la ciudad norteña de Italia.

Torino 300 S del año 1968. La foto es un extracto de una publicidad
aparecida en la revista Pulso del 19 de agosto de 1968.


Los dos modelos de Rambler, tanto el 440 como el Rouge, nunca llevaron el motor Tornado Jet en Estados Unidos. Por la simple razón que ese motor se montaba en un modelo de camioneta que fabricaba la American Motors con una potencia de unos 90 caballos de fuerza. Es decir que el motor de nuestro Torino originalmente se montaba en un utilitario.
Tampoco es el Tornado Jet que apareció en Argentina con la nueva línea del Rambler fabricado por IKA (Industrias Kaiser Argentina SA) en el año 1965. Ya las manos de Orestes Berta habían metido algo de su creación en la cámara de combustión y en las válvulas de ese motor Tornado Jet. En principio se logró mejorar la potencia y con el correr de los años el rendimiento general del motor.
Pensemos que de un motor de camioneta de 90 HP se lograron 215 HP en el Torino GS 200 un alarde de gasto de combustible y con una facilidad enorme para salirse de punto. Pero recordemos que las versiones de competición partieron de unos 274 HP en el auto de César Luis Malnatti, el piloto de San Miguel, luego subieron a 320 HP y algunos afirman que Orestes Berta logró sacarle hasta 360 HP. Ya a esta altura los ingenieros de la American Motors no entendían nada.

Rambler Rouge Hardtop del cual deriva el Torino 380 de IKA del año 1966.
La fotografía es de la revista Su Auto número 29 de julio de 1982.

En el año 1973 se le agrega, al motor Tornado, un cigüeñal de siete bancadas, en vez de las cuatro original. Ahí el motor pasó a llamarse Torino y ya no se pagaban licencias a la American Motors. Pero en el camino habían pasado las 84 Horas de Nürburgring donde los Torinos llegados de las tierras de las Pampas habían dejado a los europeos con la boca abierta.
La incredulidad de la gente de la American Motors era manifiesta cuando la gente de IKA les dijo de qué iba el proyecto Torino nacido en el año 1964. Les dijeron que no iba andar, como aquella publicidad de una bebida que nadie recuerda de los ochenta. No entendían, desde su óptica norteña, como un auto compacto estadounidense, con un motor del mismo origen, que era de una camioneta, con una caja de cambios de 4 velocidades de origen alemán, fabricada bajo licencia en Argentina y con una suspensión trasera de origen italiano podía funcionar.
Eso es no entender a los argentinos. Así somos, una mezcla de cosas venidas de otro lado y reagrupadas, bien o mal, en esta tierra que alguno tuvo la idea de llamar Argentina. Por eso el Torino es argentino por donde se lo mire. Es un rejunte de partes que en principio no parecerían funcionar unidas entre sí, pero lo lograron hasta convertirlo en un ícono de la industria nacional. Lógicamente en el medio están el marketing, el nacionalismo mal entendido y los bajos recursos de siempre, aunque las ideas y la creatividad sobren por todos lados.

Rambler 440 Sedan modelo base del Torino 300 de IKA del año 1966.
La fotografía es de la revista Su Auto número 29 de julio de 1982.

De paso les comento que en el camino de la creación del Torino de IKA quedó de lado un motor de cuatro cilindros derivado del Tornado. Algunos de esos prototipos de motor se montaron en algunas unidades del Jeep, pero nunca lograron superar el grave problema de elevada temperatura del agua de refrigeración. Otros indican que se buscó montarle un motor de cuatro cilindros de unos 2 litros y medio, pero el Torino no caminó con ese motor, por eso se volcaron al Tornado de la American Motors de 6 cilindros en línea y 3.770 centímetros cúbicos de cilindrada.
Siguiendo con las líneas de la carrocería del Torino debo reconocer que es el que mejor envejeció respecto de sus competidores de la época. Tal vez por no tener unas líneas recargadas y llenas de cromados o baguetas. Y hay que reconocer el trabajo de Pininfarina con el agradable diseño de la trompa y la cola, que era mucho más cuadrado en el Rambler original.
Técnicamente en Argentina no hay automóviles originarios del país. Si el motor fue un desarrollo local, la carrocería no lo es y viceversa. Por eso el Rastrojero debería ser considerado tan argentino como el Torino, pero ese es otro capítulo de la historia automotriz nacional a tratar en otra nota y con mayor profundidad.

Uno de los Torino de la Misión Argentina, que participó en las 84 Horas de Nürburgring, siendo observado por el público alemán. La fotografía es de la revista Automundo número 223 del 12 de agosto de 1969.

El Torino salvó a IKA del mal trago por la compra de Siam Di Tella Automotores. Esa compra fue un traspié para la empresa radicada en Córdoba. Que puso en serias dificultades las cuentas de IKA. El lanzamiento del Torino, y su éxito arrasador, tapó el escándalo que significó la compra de la planta de Monte Chingolo en la provincia de Buenos Aires.
Parte del éxito del Torino, desde su lanzamiento en noviembre de 1966, fueron las victorias en el TC (Turismo Carretera). El primero que comenzó a experimentar con el motor Tornado, antes del lanzamiento del Torino, fue el piloto de San Miguel, César Luis Malnatti, en su cupé Chevrolet. Otros, dado los resultados, comenzaron a montar motores Tornados y a prepararlos. En el caso de Malnatti contaba con el apoyo del Departamento de Competición de IKA, antes de la era Orestes Berta.
Se experimentaba en esas viejas cupecitas del TC para evolucionar el motor del futuro Torino, tanto en la versión de calle como la más importante, la de competición. Ahí estaba la llave del éxito. La primera carrera ganada, por un Torino, fue el 26 de febrero de 1967 en la Vuelta de San Pedro, en la provincia de Buenos Aires, por el piloto cordobés Héctor “Pirín” Gradassi. Ese triunfo del Torino de IKA marcó un antes y un después en el TC argentino.

La gama completa de los Torino de 1971 fabricados por la entonces IKA-Renault. La foto es un extracto de una publicidad aparecida en la revista Panorama número 215 del 8 al 14 de junio de 1971.

Los Torinos comenzaron a ganar carreras y eso acrecentó la fama del auto de la IKA y las ventas. Y eso que no era un automóvil nada barato para la época, todo lo contrario. Tener una cupé Torino no era para cualquiera y su precio era prohibitivo para muchos argentinos, pero el era el sueño del pibe para muchos.
Desde su presentación en el Autódromo Municipal de la Ciudad de Buenos Aires, hoy llamado Juan y Oscar Gálvez, fue un éxito. Se alquiló el autódromo durante una semana para presentar los nuevos Torino en sus tres versiones: berlina de cuatro puertas 300 o PF-612 para IKA y las dos cupés 380 y 380 W (PF-622), la W por los tres carburadores Weber que alimentaban los 6 cilindros en línea del motor Tornado. También se presentó en ese momento una versión del 380 W para competición que era preparado en la planta de Santa Isabel, en la provincia de Córdoba, por pedido del piloto.
IKA logró su objetivo: un nuevo automóvil argentino que era diferente al resto del mercado, pero no tan diferente como para que los potenciales compradores lo ignoraran. Además el marketing fue intenso y los comentarios de los pilotos de la época que no se querían bajar de los autos que se prestaron para las pruebas en el Autódromo de Buenos Aires hicieron el resto. Más de uno dijo que doblaba y frenaba mejor que su auto de TC, y estábamos hablando de un auto de calle.
El Torino causó una revolución en el mercado automotriz argentino. Durante mucho tiempo no hubo forma de ganarles una carrera, además se plagaron los equipos de competición de Torinos preparados de las más diversas formas. Luego esta movida daría origen las sucesivas reformas de las carrocerías del TC con la aparición de las Liebres I, I ½, II y III. También no olvidemos la incursión de los motores Tornado en la Fórmula 1 Nacional y el Turismo Mejorado.
Hasta hoy en día sigue la discusión si el Torino es o no argentino. Mi pensamiento es que fue, es y será un automóvil netamente argentino. Porque fue mejorado y modificado en el país. Cuando uno copia algo tiene que lograr que sea igual al original, ahora cuando la copia es mejor que el original, y logra superarse en el tiempo, ahí hablamos de otra cosa. Si es cierto que está basada en otra cosa, pero esa nueva cosa tiene otro nombre y ese nombre es: Torino.
Las fotografías del Torino 380 W son de la revista Parabrisas número 80 de agosto de 1967; la foto del Torino S, está tomada de una publicidad, y es de la revista Pulso del 19 de agosto de 1968; las fotos del Rambler 440 Sedan y del Rambler Rouge Hardtop son de la revista Su Auto número 29 de julio de 1982; la foto del Torino en Nürburgring es de la revista Automundo número 223 del 12 de agosto de 1969 y la foto de la gama de Torinos de 1971 es un extracto, de una publicidad de la revista Panorama número 215 del 8 al 14 de junio de 1971. Todo esto para ilustrar un poco la historia del Torino, ese auto tan argentino, aunque a algunos les pese.
Mauricio UldaneEditor de Archivo de autos
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