Ejempo. El TOC perfecto de Raquel:
- Contar: Raquel cuenta los pasos que la conducen a casa, eso la tranquiliza, si se descuenta, vuelve atrás y lo repite.
- Comprobar: Cuando cocina mira que los fogones estén cerrados unas 7 veces, abre y cierra la puerta de casa para asegurarse de que esté bien cerrada, lo mismo hace con la ventanas o la puerta de su coche.
- Limpiar: Se lava las manos cientos de veces al día, y siempre cree que no están lo suficiente limpias, cuando termina de fregar los platos lo vuelve hacer por si acaso hay alguna mancha.
- Evitar: Sale poco de casa porque tiene miedo a la contaminación. No invita nadie a casa porque no quiere que la toquen. Si el contacto se produce tiene un largo ritual para descontaminarse.
Es conocido por los aficionados al tenis que, algunos tenistas profesionales, padecen algunas manías, digamos "sospechosas", que podrían servir para diagnosticar un TOC. Algunos botan la pelota un número determinado de veces antes de cada saque o se pasan un buen rato eligiendo la pelota apropiada y piensan que si no lo hacen tendrán un mal saque, otros se tocan la manga de la camiseta repetidamente antes de la recepción o se sacan el calzón de la entrepierna con la mano mientras esperan la bola. Ha habido ocasiones en las que estas manías han interferido en el juego de los tenistas. Para terminar, mencionar un caso clínico clásico de TOC : "El hombre rata". En el Freud cuenta que su paciente caminaba una vez por una carretera por la que una semana más tarde pasaría su prometida en carruaje, vio una piedra en el camino y decidió retirarla para que su chica no tuviese un accidente. Siguió caminando pero obsesionado con la tontería que había echo, después de una largo tiempo caminando decidió volver atrás y colocar la piedra en su sitio, seguro que a su prometida no le pasaría nada ¿O si? Descarga el caso completo si tienes curiosidad.
Después de leer esto te habrás quedado un poco preocupada. Seguro que te has reconocido en alguno de las obsesiones descritas, o tendrás alguna otra, seguramente muy curiosa. Pero, tranquila, no te preocupes, todos somos un poco obsesivos. Si tus "trastornos" no influyen en tu vida cotidiana y solamente resultan graciosos, no estás enferma, solo tienes una buena anécdota que contar.