Ayer se celebró en Madrid la Jornada “Sedación Paliativa”, organizada por el Grupo de Bioética de Asisa-Lavinia, dirigida sobre todo a directores médicos y de enfermería, en la que se abordó desde diferentes prismas toda una serie de aspectos que rodean a la sedación paliativa. Desde aclaración de conceptos, pasando por aspectos clínicos, hasta la situación legal que prevalece en estos momentos.
En la jornada fue invitado a participar el secretario de la Comisión Central de Deontología de la OMC, el doctor Jacinto Bátiz, jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital San Juan de Dios de Santurce, quien disertó sobre “Humanizar el proceso de morir”. Según expuso el doctor Bátiz, al respecto, "ante un enfermo en situación terminal lo que se hace o se deja de hacer con la intención de prestarle el mejor cuidado permitiendo la llegada de la muerte, no es sólo moralmente aceptable sino que muchas veces llega a ser obligatorio desde la ética de las profesiones sanitarias”.
“Sólo cuando los médicos seamos capaces de aceptar la muerte como algo natural e inevitable -añadió- podremos dedicarnos a cuidar a nuestro enfermo hasta el final y sin sensación de fracaso”. En este sentido, opinó que “ni la obstinación terapéutica que llevaría al encarnizamiento terapéutico ni el abandono del enfermo son respuestas éticas ante un enfermo al final de la vida”. “Hay que tener siempre muy presente que tan importante como luchar por curar a un enfermo es saber parar cuando tenemos claro que es imposible curarle, la limitación del esfuerzo terapéutico no es ninguna forma de eutanasia sino una buena práctica médica , aun sabiendo que es más fácil poner que quitar”.
-El dolor no puede ser una asignaturapendiente para el médico
Además, a juicio del doctor Bátiz, "no se puede permitir que alguien sufra dolor por ignorancia de los profesionales de cómo tratarlo, por temor a aliviarlo con la posología suficiente o por creencias erróneas". El enfermo tiene derecho a ser aliviado de su dolor. "El tratamiento de éste no es una cuestión opcional, sino un imperativo ético", como recordó este experto.
Según los datos aportados durante su intervención, el número de consultas relacionadas con el dolor están aumentando, perolamentó que el tiempo que los médicos le dedican a cada una se reduce. El 80 por ciento de los médicos consultados sobre este tema consideran que las consultas relacionadas con el dolor seguirán aumentando, sin embargo, el 72 por ciento admite no dedicar suficiente tiempo al enfermo con dolor.
En este contexto de evitar el sufrimiento al paciente, el doctor Bátiz también habló de la sedación en la situación clínica de agonía y explicó que se trata de un tratamiento adecuado cuando los enfermos padecen sufrimientos intolerables, en los pocos días u horas que preceden a su muerte, y que no han respondido a las intervenciones paliativas. "Un enfermo con enfermedad terminal, oncológica o no, puede presentar en sus momentos finales algún síntoma que le provoca un sufrimiento insoportable, que puede ser difícil e imposible controlar. Esto obliga al médico a disminuir la conciencia del enfermo para garantizar una muerte serena". "La sedación si está bien indicada, bien realizada y autorizada por el enfermo o en su defecto por la familia, constituye buena práctica médica". tal como destacó.
Ya a modo de conclusión, el secretario de la Comisión de Deontología de la OMC expuso que el médico "debe estar preparado para escuchar algo más que una petición de morir". "El progresivo incremento de las enfermedades crónicas constituye actualmente un paradigma que ya no se puede considerar como cuestión marginal en la enseñanza de las Facultades de Medicina". "No es lo mismo aprender a tratar a un enfermo agudo que a uno crónico, del mismo modo que hay diferentes prioridades asistenciales entre el paciente que se encuentra en cuidados intensivos y el que está en situación de enfermedad terminal".
La demanda social de Medicina paliativa es un buen ejemplo, tal como señaló, para entender la urgencia de formas curriculares más adaptadas a las necesidades de la sociedad. Y es que, como finalizó, "recibir una adecuada atención médica al final de la vida no debe considerarse un privilegio, sino un auténtico derecho".
**Publicado en "Médicos y pacientes"