El reflujo gastroesofágico (RGE), considerado como el paso del contenido ácido del estómago al esófago, y la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), calificada como la existencia de síntomas o lesiones como consecuencia de la existencia de reflujo, son situaciones o trastornos que se dan con gran frecuencia en la población y que pueden afectar de forma importante a la calidad de vida de quienes los padecen. Los problemas que plantean estas dolencias pueden ser significativos ya que sus síntomas, en ocasiones de gran relevancia, pueden afectar a las relaciones familiares, laborales y sociales en general de estos pacientes. Es la patología digestiva más frecuente y un desorden crónico que obliga al enfermo a acudir en numerosas ocasiones al médico. “El reflujo gastroesofágico es uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos los especialistas del aparato digestivo en nuestra práctica clínica diaria, tanto por la enorme demanda asistencial que su sintomatología genera como por el elevado coste económico que ello implica”, indica la Dra. Milagros Oreja, del Servicio de Digestivo del Hospital Virgen del Camino. “Además, -añade la experta- es una enfermedad generalmente benigna pero que por la persistencia e intensidad de sus síntomas puede ocasionar una morbilidad considerable”. En ocasiones, el manejo clínico y terapéutico de los mismos se complica. Por ello, es importante poner de manifiesto nuevos procedimientos de actuación en aquellos pacientes con reflujo refractario que no han ofrecido respuesta a las diferentes alternativas de las que se dispone en la actualidad. En este sentido, Janssen ha invitado al Prof. Daniel Sifrim, referente mundial en el ámbito de la gastroenterología y especialista en el desarrollo de nuevas técnicas de monitorización del reflujo gastroesofágico y de la motilidad esofágica, al seminario “Reflujo Gastroesofágico: nuevos restos en el manejo de las situaciones difíciles”. En su conferencia magistral, el experto expone sus conocimientos sobre el tratamiento de pacientes complejos no respondedores a terapias iniciales y las diferentes causas de esta falta de respuesta. “A pesar de la buena respuesta al tratamiento de la mayoría de los pacientes, alrededor de 30% no lo hace y requiere una nueva estrategia”, apunta el Prof. Sifrim. “Ésta puede incluir el uso de medicamentos más potentes para reducir la secreción ácida, la corrección de factores anatómicos como la obesidad o hernias hiatales grandes, etc. Diferentes alternativas que llevan a la recomendación de considerar de forma individual a cada paciente con síntomas de reflujo y aplicarles, a cada uno de ellos, un tratamiento que solucione su fisiopatología subyacente”, añade el experto. Aunque las causas de la falta de respuesta son múltiples, el Prof. Sifrim determina que las más frecuentes son “la toma intermitente de la medicación o en horarios incorrectos, una dosis insuficiente de medicación para reducir la secreción ácida del estómago la mayor parte del día, persistencia de regurgitación e hipersensibilidad esofágica”.
-Manejo del paciente El manejo actual del paciente con reflujo gastroesofágico es correcto en términos generales. “Los pacientes son vistos en primera instancia por el médico generalista, el cual les realiza un diagnóstico basado en la clínica e inicia un tratamiento con medidas higiénico dietéticas y medicación para reducir la secreción acida del estomago (PPI)”, explica el Prof. Sifrim. “Si el paciente presenta síntomas de alarma, solicitará una endoscopia para descartar una inflamación severa del esófago, Barrett o cáncer. Si no hay signos de alarma, el paciente será tratado en forma ambulatoria durante 4-8 semanas, donde la mayoría de los pacientes responden bien al tratamiento. Los que no responden son derivados a un especialista en enfermedades digestivas”, concluye el experto. Los síntomas más sobresalientes del reflujo gastroesofágico son la pirosis (sensación de dolor o quemazón en el esófago) y la regurgitación, aunque pueden existir otros muchos de carácter muy diverso, algunos más complejos, que pueden prestarse a confusión con otras enfermedades (dificultad para tragar, producción aumentada de saliva, nauseas, vómitos, etc.). En España estos síntomas son más frecuentes de lo que se cree. Según los últimos datos recogidos en estudios epidemiológicos, el 2,5 % de la población sufre pirosis de forma diaria, el 7,3% semanalmente, un 6,6% mensualmente y un 15,2% menos de una vez al mes. La Dra. Oreja finaliza su exposición concretando que “determinar el papel del reflujo no ácido en esta enfermedad, la investigación de moléculas que actúen inhibiendo las relajaciones transitorias del esfínter, la evaluación del papel que tiene el vaciamiento lento del estómago y el análisis de los nuevos tratamientos que actúan sobre el esófago hipersensible, son los retos de futuro para los especialistas en este campo”.
**En la foto de la inauguración de izquierda a derecha): Prof. Sifrim, Dña. María Kutz –Consejera de Salud del Gobierno de Navarra- y Dra. Milagros Oreja