Aunque las defunciones por accidente de tráfico se han reducido a la mitad en los últimos cinco años, el politraumatismo es, en la actualidad, la principal causa de mortalidad en España en personas menores de 40 años como consecuencia de accidentes de tráfico y laborales. Según la Organización Mundial de la Salud, en el año 2000, murieron 5 millones de personas debido a lesiones traumáticas, lo que supone una tasa de mortalidad de 83,7 por cien mil habitantes. El mismo año las lesiones representaron el 9% de la mortalidad mundial y 12% de la carga de enfermedades.
“El trauma constituye, tanto en las sociedades industrializadas como aquellas que están en vías de desarrollo, un verdadero problema de salud pública de gran magnitud”, explica el doctor José J. Ceballos Esparragón, coordinador de la Sección de Politraumatizados y Cuidados Intensivos Quirúrgicos de la Asociación Española de Cirujanos. “Tiene un elevado impacto en término de mortalidad, así como en pérdida de salud y calidad de vida. Se trata de un auténtico problema sociosantario a nivel mundial, sobre todo en los países donde no existe un sistema organizado del trauma, como es el caso de España, lo que conlleva un coste sanitario importante y una gran pérdida de productividad, por cuanto afecta en gran medida a población joven y senil, en este último caso como consecuencia de una caída casual”
Junto con la formación al profesional sanitario en atención al paciente politraumatizado, según el doctor Ceballos Esparragón, “es fundamental que los pacientes traumatizados graves sean atendidos en menos de una hora en un centro hospitalario de máximo nivel de asistencia en el que se le proporcione la totalidad del cuidado en todas sus facetas. La mejor forma en este sentido sería concentrar la asistencia de estos pacientes en un grupo reducido de hospitales de máximo nivel. Según la literatura actual un centro de trauma por cada millón de habitantes. Esto permitiría concentrar los recursos y optimizarlos, aglutinar la experiencia, mejorar los resultados y disminuir los costes sanitarios”. El doctor Ceballos también señala la necesidad de que estos centros cuenten con la figura del coordinador hospitalario del trauma, que debe ser un cirujano general con formación en trauma que actúe a modo de director de orquesta coordinando la asistencia multidisciplinar de este tipo de pacientes y fomentando la creación de guías clínicas, protocolos y formación e investigación en trauma.
Asimismo, este experto hace hincapié en la necesidad y beneficios de poner en marcha un registro nacional de politraumatizados como herramienta auditora del cuidado de estos pacientes en todo hospital que recibe un caso y que debe estar instaurado por el Sistema Sanitario de Salud y que a la vez permitan el mantenimiento del mismo. “Sólo así podremos conocer cuál es la atención que se ofrece a estos pacientes, cómo lo hacemos, qué factores influyen en el trauma, cómo evitarlos para disminuir la incidencia e intensidad del trauma, así como mejorar la calidad asistencial mejorando el gasto sanitario”, explica el coordinador de la Sección de Politraumatizados de la AEC. En el marco de la XVIII Reunión Anual de Cirugía se analizan precisamente estos días casos concretos de registros hospitalarios no homogeneizados de algunos centros nacionales. “Éste sería uno de los grandes retos si queremos mejorar la atención del paciente politraumatizado en nuestro país, que aún carece de un registro único”, puntualiza el doctor Ceballos.
-Retos en la atención al paciente politraumatizado
La asistencia médica al paciente politraumatizado debe obedecer a protocolos precisos para un manejo adecuado. En este sentido, señala el doctor Ceballos Esparragón, “la mejor forma de atender inicialmente a todo paciente politraumatizado independientemente del nivel de asistencia en el que uno se encuentre es mediante la metodología del curso ATLS que en resumen consiste en una rápida revisión primaria para identificar las causas que matan rápidamente a este tipo de paciente (ABCDE –A de Airway o Vía aérea, B de Breathing o Vía respiratoria, C de Circulation o Sistema Circulatorio, D de Nurológico y E de Exposición) y realizar una vez estabilizado una amplia revisión secundaria, revaluación e inicio del cuidado agudo. La mayor parte del trauma que tenemos (80%) es trauma leve moderado y éste debe ser atendido en el centro más cercano y adecuado, como se hace ahora mismo. Pero el trauma grave debe ser transportado en menos de una hora al centro de máximo nivel donde recibirá el cuidado óptimo”
Para ello, se debe mejorar la comunicación extra-hospitalaria e intra-hospitalaria en algunos de nuestras comunidades autónomas, organizar la atención al trauma grave en aquellos centros de referencia mediante la creación de equipos de atención al trauma grave multidisciplinares y creando la figura del coordinador hospitalario de trauma, establecer una temprana conexión con los sistemas de rehabilitación de estos pacientes para durante su cuidado agudo y a su alta permitiendo la más temprana incorporación a su actividad habitual y finalmente fomentar la investigación mediante el registro de trauma y la formación del personal sanitario”.
No obstante, el hecho de que en nuestro país el trauma grave no sea frecuente en exceso como ocurre en otros países, como EE.UU., Colombia o Sudáfrica, repercute en que no todos los centros hospitalarios cuenten con una gran experiencia en la atención al politraumatizado, lo que hace que sea importante intentar centralizar en las grandes ciudades todo el trauma grave en un sólo centro por cada millón de habitantes , con el objetivo de que se acumule la experiencia en trauma y, a la vez, pueda ser utilizada para la mejora en la atención de los pacientes y la optimización del cuidado, así como la reducción del gasto sanitario.
La formación, pilar fundamental en la atención al paciente politraumatizado
Consciente de la importancia de la formación para la atención de los pacientes politraumatizados, la Asociación Española de Cirujanos puso en marcha en el año 2000 los cursos ATLS (siglas de Advance Trauma Life Support), oficiados por el Colegio Americano de Cirujanos y dirigidos a cualquier facultativo médico independientemente de su nivel de asistencia. También imparte el curso de ATCN, específico para profesional de enfermería en trauma y el DSTC, específico para la formación quirúrgica de los cirujanos en trauma.
-Avances en diagnóstico
Junto a la mejora y perfeccionamiento de la atención a los pacientes politraumatizados, los avances en la tecnología aplicados al diagnóstico han repercutido en una mayor precisión de éste, lo que ha aumentado también el éxito de la atención sanitaria que se da a estos pacientes. Según el doctor Ceballos, “en concreto, la radiología vascular intervencionista permite controlar sangrados y lesiones que tienen difícil acceso, lo que supone una herramienta básica para controlar lesiones como la rotura traumática de aorta como consecuencia de una precipitación mediante la colocación de un stent, evitando una cirugía con posibles secuelas, pero para ello requiere una vez más de un sistema organizado que permita el diagnóstico temprano y la llegada en tiempo óptimo al centro adecuado”.
Asimismo, este experto destaca los avances en torno al escáner: “En la actualidad, contamos con escáneres de última generación capaces de realizar reconstrucciones tridimensionales. Incluso en los servicios de urgencia de algunos centros extranjeros se cuenta con escáneres de última generación en la misma sala en la que se recibe al paciente politraumatizado. Incluso en los hospitales nuevos se instala un tac de última generación en la sala de politrauma, lo que posibilita que se pueda realizar esta prueba en tres-cuatro minutos, aportando mucha información de gran validez”.
Otro avance importante es el uso de la ecografía (eco-fast) focalizada en el abdomen para buscar la presencia de líquido que indique sangrado por trauma. “Necesitamos saber dónde está sangrando exactamente el paciente –explica el doctor Ceballos Esparragón-. Para ello, el uso de la ecografía localizada en el abdomen permite identificar en pocos minutos si existe un sangrado abdominal, en el corazón o en el tórax, de forma que el cirujano sepa rápidamente a qué cavidad tiene que acceder para controlar el sangrado inmediatamente”.