Antes de cumplir sus tiernos tres años de edad, Rebecca Riley había sido ya diagnosticada como enferma de trastorno por déficit de atención e hiperactividad y trastorno bipolar. Luego de cumplir los cuatro años, Rebecca estaba muerta.
En el seno de una familia caótica, espeluznante, donde el padre había sido acusado de abuso sexual de una de las hijas en edad adolescente, y otros dos hermanos eran también medicados con psicofármacos, Rebecca recibía, junto a sus lácteos biberones, dosis de quetiapina (Seroquel), valproato de Sodio (Depakote) y clonidina, prescritas por su psiquiatra, el doctor Kayoko Kifuji del Tufts - New England Medical Center en Massachussets.
Sin embargo, cuando sus padres consideraban que la pequeñuela hacía bulla en demasía o no se comportaba como era debido, redoblaban o triplicaban las dosis a su albedrío, una y otra vez, hasta aturdirla.
Finalmente, la repetida sobredosificación de los psicotrópicos originó un edema pulmonar y una neumonía que acabaron con su vida.
Ahora sus progenitores purgan condena de cárcel (el progenitor, de por vida) y sus hermanos han sido repartidos en hogares sustitutos.
¿Puede circunscribirse la condena, el repudio y el escándalo solamente a la conducta incalificable de los desnaturalizados padres ante la muerte de la pequeña Rebecca Riley?
Rebecca Riley (2002-2006)
ENLACES:
- Rebecca Riley: Tragic Death of a Four-Year-Old From Multiple Psychotropic Medications, desde Before you take that pill, el blog de Doug Bremner.
- Las noticias sobre la muerte de Rebecca Riley y el proceso judicial, en The Boston Channel.