Lewis Carroll, profesor de matemáticas del Christ Church College de Oxford que en realidad se llamaba Charles Lutwige Dodgson, desarrolló el argumento de la historia de Alicia durante una de sus numerosas excursiones con las tres hijas del decano Lidell, que dirigía su facultad. Era de lo más habitual que Lewis sucumbiera a las peticiones de las niñas de que les contara nuevas historias. Fue así como, en el verano de 1862, nació el germen de la obra, cuya protagonista poseía el mismo nombre que la hija mediana de los Lidell.
Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas, una historia imaginativa y espectacular, ha dado pie a múltiples interpretaciones. Una de ellas sitúa el origen de muchos de los personajes y situaciones del libro en el consumo de drogas de Carroll. Este tipo de suposiciones surgió sobre todo a partir de los años sesenta, con el auge del movimiento hippie, en alusión al consumo habitual de opio por parte de los miembros de la sociedad victoriana inglesa. Hasta la fecha no se ha podido demostrar si las habladurías que conectaban a Carroll y su novela con las drogas eran ciertos o no.
Cambiando de tercio… Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas y su continuación, Alicia a través del espejo, son un referente de la cultura popular actual. El mejor ejemplo de esto son sus numerosas adaptaciones y versiones.
La historia de Alicia ha sido llevada a la gran pantalla en ocasiones incontables, si bien las dos adaptaciones más conocidas son las versiones de Disney, tanto la de animación de 1951 como la de 2010 (protagonizada por Mia Wasikowska, Johnny Depp, Helena Bonham Carter y Anne Hathaway). Además, las aventuras de Alicia han inspirado muchos capítulos de series de televisión, como “The Bitter Suite”, un episodio musical de la tercera temporada de Xena, la princesa guerrera. En éste, Xena y Gabrielle llegan a un mundo inspirado en el País de las Maravillas llamado Ilusia, donde se desarrolla toda la trama en medio de decorados llenos de color y tableros de ajedrez, entre otros guiños.
Pero el influjo de Carroll no se aprecia solamente en cine y televisión, sino que en lo literario también ha ejercido una poderosa influencia; baste mencionar Gregor, de Suzanne Collins, una serie muy apreciada en este diario. En una relectura del clásico, Collins trató de imaginar lo que sucedería si Alicia, en vez de caer por un hoyo de la campiña inglesa, lo hiciera a través de un agujero del asfalto neoyorquino.