El uso de desfibriladores públicos podría evitar el 20% de los casos de muerte súbita‏

Por Fat
Rápida, inesperada, natural, son los adjetivos que mejor pueden describir lo que es la muerte súbita. Una situación que puede producirse en cualquier momento y a cualquier edad, sin previo aviso y de manera no violenta. La mayor parte de los casos se producen fuera del ámbito hospitalario y en lugares públicos, por lo que disponer de un desfibrilador es vital para salvar la vida del paciente o evitar las complicaciones asociadas a la pérdida de conocimiento durante más de 10 minutos. De ahí que como explica el doctor Ramón Brugada, decano de la Facultad de Medicina de Girona, director del Centro de Genética Cardiovascular de la Universidad de Girona y del Servicio de Cardiología del Hospital Josep Trueta, “el tener acceso a un desfibrilador en los lugares públicos podría evitar hasta un 20% de los casos de muerte súbita, en lugar del 2% actual”. Un problema sobre el que la sociedad empieza a concienciarse y que este experto ha abordado en la conferencia inaugural de la I Reunión Conjunta semFYC-SEC. IV Congreso Clínico Cardiovascular, que organizan las Sociedades Españolas de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y de Cardiología (SEC) y al que han acuden más de 500 expertos médicos de toda España.
Sólo en nuestro país la muerte súbita causa cerca de 40.000 fallecimientos al año. En el 80% de los casos está asociada a enfermedad coronaria. “Se produce un taponamiento de las arterias coronarias, el típico infarto de miocardio”, aclara el doctor Brugada. Pero el otro 20% suele producirse en personas jóvenes, deportistas o bebés (la conocida como muerte súbita del lactante), donde la muerte súbita suele estar causada por enfermedades genéticas hereditarias. “Por esto es importante que si en la familia existe algún antecedente se realicen análisis genéticos a los familiares para evitar otro posible caso”, explica este experto. El deporte, ¿factor de riesgo?
En palabras del doctor Brugada practicar deporte es sano, ya que está demostrado que mejora todos los parámetros de factores de riesgo de enfermedad cardiovascular. “Mejora la presión arterial, el colesterol, el peso, el control de la diabetes, etc. Si bien es cierto que practicar deporte de forma asidua o a nivel de competición sin un seguimiento médico puede ser peligroso”, advierte el doctor.
Casos como los de Daniel Jarque o Antonio Puerta han permitido a la población conocer la muerte súbita del deportista. Desgraciadas pérdidas que para el doctor Brugada han servido para llamar la atención sobre la importancia de que se realicen exhaustivos reconocimientos médicos que permitan su prevención. En esta línea, este experto subraya las actuaciones más efectivas para evitar la muerte súbita en el ámbito deportivo. Así, señala que, “es necesario que el certificado de aptitud para la práctica del deporte de los niños deje de ser un mero trámite burocrático de principios de curso y se convierta en un auténtico acto médico. Y es que un examen físico, acompañado de la historia clínica y de un electrocardiograma, pueden ayudar a detectar enfermedades hereditarias cardiacas en las que la práctica del deporte está contraindicada”.
Asimismo, las personas que después de muchos años de inactividad física deciden retomar la práctica deportiva continuada también deben ponerse en manos de un médico para asegurarse de que su capacidad cardiológica es la adecuada y no van a correr riesgos inesperados. En este sentido, el doctor Brugada señala que, “durante este periodo de inactividad el adulto puede haber desarrollado una enfermedad coronaria que ha permanecido silente porque no ha puesto su corazón bajo estrés, pero que puede provocar la muerte súbita al retomar el ejercicio”. El análisis de los antecedentes familiares y la recomendación de una actividad deportiva apropiada a la edad son otras medidas esenciales.
-Avances y retos
Hace 20 años se encontró el primer gen causante de muerte súbita y en la actualidad ya hay un centenar de genes asociados a estas enfermedades, que pueden estar presentes en las familias sin saberlo y cuyo primer síntoma puede ser la muerte súbita. Para el doctor Brugada, este conocimiento ha sido el primer gran avance en su prevención. “Esto nos permite realizar estudios genéticos para encontrar la mutación que puede provocar una muerte súbita y adoptar medidas de prevención en las personas con un riesgo elevado. Así como tranquilizar a aquellos familiares que no tiene dicha mutación”, indica.
En lo que respecta a los retos, “lograr identificar todos los factores de riesgo asociados y hacer comprender a la población que existe una predisposición es fundamental”, señala el doctor Brugada. “Medidas –continúa-, que a su vez implican que se realice un electrocardiograma como parte de un chequeo habitual en aquellos que practican deporte o que familias con estos casos puedan acudir a los especialistas para descartar la posibilidad de sufrir una enfermedad genética hereditaria. Asimismo, es clave contar con desfibriladores en todos los espacios públicos. Por lo que además de avanzar en la investigación es muy importante que exista una mayor sensibilización social para evitar estas situaciones”, insiste el doctor Brugada.
-Un proyecto pionero en Europa
En Girona se ha puesto en marcha recientemente un proyecto pionero en Europa, que tiene como objetivo implantar 700 desfibriladores en toda la provincia. “Por el momento y como prueba piloto ya se han instalado desfibriladores en 14 municipios y en sólo 3 meses se han salvado dos vidas”, explica el doctor Brugada.
El uso de estos aparatos es muy sencillo y en contra de lo que se pueda pensar, “será el propio desfibrilador el que determine si la descarga eléctrica es necesaria o no en el paciente. Los usuarios de a pie no deben nunca dudar en usarlo, ya que no puede causar ningún daño, sino todo lo contrario. El desfibrilador nunca se equivoca”, concluye este experto.
·