En estos tiempos de pandemia, fui incluyendo numerosas mejoras en mis procesos fotográficos.
Alguno pensará que fue a causa del encierro. O quizá por invertir tiempo en investigación o navegando por Internet.
Si bien algo de eso puede ser cierto, la principal razón fue el hecho de compartir con otros colegas nuestras fotos y conocimientos.
Y este fenómeno no se dio por el hecho de disponer de mayor cantidad de tiempo libre, porque ése no fue mi caso (sobre todo en los primeros momentos de cuarentena estricta, abundaban las sugerencias de qué hacer con tanto tiempo libre, cosa que me irritaba, dado que yo siempre seguí trabajando como de costumbre, desde casa, sí, pero no por eso menos tiempo). Tampoco fue porque se me hayan ocurrido grandes ideas a mí solito, ni si quiera fue porque me lo haya propuesto, que no me senté un día a pensar qué podría hacer distinto.
No, las mejoras las fui adquiriendo gracias al intercambio con la comunidad de fotógrafos analógicos, cosa que no me pasaba desde hace muchos años.
Porque durante mis primeros, digamos, 20 años con la fotografía, tenía mucha interacción con otros fotógrafos el ámbito del foto club. Allí, en los diversos encuentros y salidas fotográficas, se gestaba el espacio para charlar, compartir ocurrencias, experiencias y buenas prácticas, para así poder ir mejorando técnicamente. Fue una etapa de aprendizaje constante.
Pero con la irrupción de la fotografía digital, si bien esos espacios siguen existiendo, ya no se escucha allí hablar de reveladores y películas, sino de megapixeles y herramientas de los programas de edición.
Poco a poco me fui sintiendo más solo con estos temas... Por suerte eso no significó un estancamiento, ni mucho menos, sino el inicio de una etapa de maduración y perfeccionamiento, a fuerza de repetir los métodos ya conocidos. Pero sin lugar para demasiada innovación.
Sin embargo, gracias al resurgimiento de la fotografía analógica que se viene dando a nivel global, y el poder de internet como medio para establecer nuevos vínculos, volvió a surgir la posibilidad de establecer una comunidad temática, y se generaron nuevos espacios, ahora virtuales, de intercambio. Entonces sí, a partir de compartir mis conocimientos y de alimentarme con los aportes de otros fotógrafos de diferentes latitudes, es que se da esta nueva etapa de darle una vuelta de tuerca a las técnicas ya dominadas, y volver a la experimentación para obtener cada vez mejores resultados.