El verdadero origen del Oscillococcinum

Por Brussels @CeluloideA
Con el otoño, llegan las hojas secas en el suelo y también nos toca la época de los resfriados inevitables del cambio de estación. Pronto, los botecitos blancos y naranjas de Oscillococcinum inundan los mostradores de algunas farmacias. Pero, ¿cuál es la historia de este medicamento homeopático?

Oscillococcinum, el buque insignia de la homeopatía


Usado como tratamiento preventivo y sintomático de la gripe, este producto homeopático de nombre que parece un hechizo de Harry Potter, tiene su origen tras la pandemia de gripe española de 1918.

El médico francés Joseph Roy (1891–1978) creyó descubrir en 1925 un microorganismo universal, al que bautizó como Oscillococcinum porque en su microscopio vio parejas de cocos o esferas oscilantes, que según él causaba diversas enfermedades como la gripe, el reumatismo, la tuberculosis, el sarampión o los eczemas. Concluyó, quién sabe cómo, que este germen crecía preferentemente en los hígados de los patos reales (Cairina moschata). y así nació la preparación de Oscillococcinum: diluyendo muchísimo los hígados de unos pobres patitos.

No me quites mi hígado sin un motivo contrastado, por favor. Fuente.

Aunque su teoría del germen universal se rebatió cuando se supo que la gripe está causada por el género de virus, que no bacterias, influenzavirus (imposible de ver con un microscopio óptico, por otro lado) y que el remedio no es efectivo en absoluto, el producto ha seguido comercializándose con el principio activo "Anas Barbariae", que en definitiva es un preparado de extracto de hígado y corazón (Anas Barbariae Hepatis et Cordis Extractum) del pato casero.
Lo que no entendemos es por qué no tiene también indicación para la tuberculosis, causada por Mycobacterium tuberculosis, o para el sarampión, también causado por un virus como la gripe, y no por las bacterias danzarinas que vio Roy.

Las diluciones: volvemos con lo mismo de siempre

Como ya comentaremos en alguna ocasión, las preparaciones homeopáticas están basadas en el principio "similia similibus curentur" (lo similar cura lo similar). Es decir, que contienen diluciones extremas de sustancias de origen vegetal, mineral o animal, como en este caso que, a dosis habituales, causan efectos sobre las personas similares a los que se pretende curar. Y cuanto más diluida esté la sustancia, más potente es el efecto que se le atribuye.
En los establecimientos podemos encontrar preparados de Oscillococcinum a la 30X (o 30D, escala decimal), lo que significa que está diluida 1030 veces, haciendo matemáticamente imposible que existan moléculas del hígado de pato real. También se venden preparaciones a la 200C (escala centesimal), es decir, diluida 10400 veces. Exponencialmente más improbable aún encontrar una única molécula de las bacterias bailarinas en un botecito.

Podemos encontrar por el módico precio de 16,02 € un paquete de 6 botecitos de esferas a la 200C, en las que es 100% seguro que vamos a encontrar un 85 % de sacarosa o azúcar de mesa, que podemos comprar a menos de 1 € el kg, y un 15 % de lactosa (intolerantes a la lactosa, absteneos), pero que no está tan claro que vayamos a encontrar moléculas de principio activo.
Fuentes:Nienhuys, JW (2011): The True Story of Oscillococcinum

Vergano, D (2015): 200-Year-Old Homeopathy “Cures” May Face Modern Medical Testing
Mathie RT et al. (2012): Homeopathic Oscillococcinum for preventing and treating influenza and influenza-like illness