Este chiste, tan rematadamente malo, es uno de tantos de los que mezclan borrachos y farolas. Y curiosamente si analizamos los comienzos de la alumbrado público eléctrico en España esa relación no parece tan casual. Aunque en realidad deberíamos ser justos y no hacer enfadar a los enólogos, ya que con quien verdaderamente esta relacionado el principio de la farolas eléctricas es con el vino, o mejor dicho con el VINO con mayúsculas. Efectivamente, dos son las ciudades que se disputan el ser las pioneras en el alumbrado publico con electricidad en España, una es Haro, la capital vitivinícola de la Rioja, y la otra Jerez, como su propio nombre indica capital del Jerez o Sherry y gran productora de Brandy ( o Jeriñac). Pero vayamos con la historia.
En mayo de 1890 el ayuntamiento de Jerez, tras probar unas farolas en la puerta del ayuntamiento, decide instalar alumbrado eléctrico en varias calles de su centro histórico, colocando un total de 22 farolas, que se acaban de instalar en julio de ese mismo año. Se convierte así en la primera ciudad de España en contar con alumbrado eléctrico público. No cabe duda que los grandes bodegueros tuvieron mucho que ver en que la ciudad que daba nombre a su caldo mas productivo luciera hermosa y moderna, de cara a agasajar a los clientes británicos que tan pingues beneficios dejaban.
Casi a la vez en Haro (la Rioja), se decide iluminar la ciudad con farolas eléctricas, y en septiembre de ese mismo año se acaban los trabajos de iluminación de las 62 calles de la ciudad. Haro ha llegado tarde a ser la primera ciudad con alumbrado eléctrico, pero puede decir orgullosa que es la primera que cuenta con dicho alumbrado en todas las calles de su casco urbano. Y aquí la influencia del vino es todavía mayor. Cuando las viñas de Bourdeos son arrasadas por la filoxera (vieja conocida nuestra), los bodegueros franceses acuden a Haro a comprar grandes cantidades de vino que luego envejecerían en sus bodegas. Haro se convirtió así en una de las ciudades mas prosperas de España lo que favoreció la construcción de novedosos servicios públicos como el mencionado alumbrado o la llegada del ferrocarril. Incluso contó con una oficina del Banco de España antes que muchas capitales de provincia, incluida la suya, Logroño.
Como hemos visto el vino, todavía hoy uno de nuestros mayores activos, fue el responsable de las primeras instalaciones de luz eléctrica pública en España, favoreciendo la creación de esas farolas a las que luego se agarrarían los incautos que se excedieran en su consumo.
Y antes de finalizar un apunte mas. Algunos os habréis dado cuenta de la insistencia con la que he apostillado público cada vez que escribía alumbrado eléctrico, haciendo muchas veces mas farragosa mi ya de por si enredada redacción. El motivo no es otro que hay una tercera población que disputa el título de primera ciudad de España con alumbrado eléctrico. En 1881 el rey Alfonso XII visita Comillas (Cantabria), invitado por el marques de dicha ciudad. Este para magnificar el engalanado de las calles manda colocar unas treinta farolas en la calle que llegaba a su castillo y en la fachada de este. De esta manera Comillas puede decir que es la primera ciudad en contar con alumbrado eléctrico, aunque como lo decidió, lo montó y lo pagó el marques de su bolsillo no podemos decir que fuera alumbrado público.
Espero que os haya "iluminado" esta humilde entrada y confió en que esta sobredosis de luz y alcohol me ayude a reanudar con fuerza esta, casi, abandonada bitácora.