La buena comida, la buena mesa, es menos buena sin un vino adecuado que acompañe, o al menos yo así lo entiendo. En la diferentes ofertas de vinos que a diario nos encontramos, y aceptando que la mejoría en general, ha sido notable, todavía podemos ver restaurantes que pretenden ser de calidad, con el vino a la vista y en condiciones de luz y temperatura, absolutamente inadecuadas. Pero que si solicitas su carta, los precios del vino son altos, en algunos casos, e incluso más caro que en aquellos en que el vino está a buen recaudo, y cuidado como debe de cuidarse.Me permito decir que en estos sitios, lo más probable, es que, además de caro, el vino no se encuentre en condiciones, al menos de temperatura, para tomarlo y pocas cosas son tan desagradables, a mi juicio, que un vino caliente, donde aflora el alcohol por encima de todo, y anula el resto de características. No pretendo que todos los restaurantes tenga sumiller, pero sí un conocimiento mínimo de los cuidados del vino y su servicio. Otra mala costumbre, a mi criterio, es el escaso esfuerzo de determinados establecimientos (algunos con buena oferta de vino en cantidad y cuidados), a la hora de acompañar al vino con aperitivos, por ejemplo los de vinagre, sean; aceitunas, encurtidos, ....y que, por otra parte, son excelentes compañeros para la cerveza, a mi juicio, son un desastre con el vino, sobre todo si éste es tinto.También, en ocasiones, me sorprende la poca habilidad de algunos profesionales de hostelería, que para el servicio del vino, utilizan un mal abridor (como el de arriba en la foto del centro), una mala copa, y sistemáticamente realizan torpemente una operación tan sencilla. Cortan la cápsula por encima del 'gollete', en lugar de por debajo (como en la foto de arriba), giran la botella en lugar de girar el abridor, sirven en copas, como decía, de poca capacidad, sirviendo el vino a veces en la copa de agua, que también es más común de lo que podemos imaginar. Insisto no se trata de ser un especialista, pero entre ser el campeón del mundo de corte de jamón, por ejemplo, y cortarlo a dentelladas, hay un amplio abanico de profesionales que lo realizan razonablemente bien. Con el vino pasa algo parecido, pero a mi juicio la media de servicio es más baja, que respecto al ejemplo del jamón, al menos yo tengo esa percepción.En las casas que se consume vino a diario, y normalmente sobra, existen en el mercado tapones como el de la foto, que ayuda a conservarlo, y mantenerlo más días sin que se oxide, lo anterior y tenerlo alejado de las fuentes de calor, así como utilizar una buena copa, hacen que sea mucho más agradable tomarlo, siendo en fin, sólo unos pocos los detalles que debemos seguir, pero que tienen más importancia de lo que pueda parecer, para disfrutar de los grandes vinos que tenemos, en todas las denominaciones y zonas de vinícolas, de nuestro país, sin ir más lejos.
La buena comida, la buena mesa, es menos buena sin un vino adecuado que acompañe, o al menos yo así lo entiendo. En la diferentes ofertas de vinos que a diario nos encontramos, y aceptando que la mejoría en general, ha sido notable, todavía podemos ver restaurantes que pretenden ser de calidad, con el vino a la vista y en condiciones de luz y temperatura, absolutamente inadecuadas. Pero que si solicitas su carta, los precios del vino son altos, en algunos casos, e incluso más caro que en aquellos en que el vino está a buen recaudo, y cuidado como debe de cuidarse.Me permito decir que en estos sitios, lo más probable, es que, además de caro, el vino no se encuentre en condiciones, al menos de temperatura, para tomarlo y pocas cosas son tan desagradables, a mi juicio, que un vino caliente, donde aflora el alcohol por encima de todo, y anula el resto de características. No pretendo que todos los restaurantes tenga sumiller, pero sí un conocimiento mínimo de los cuidados del vino y su servicio. Otra mala costumbre, a mi criterio, es el escaso esfuerzo de determinados establecimientos (algunos con buena oferta de vino en cantidad y cuidados), a la hora de acompañar al vino con aperitivos, por ejemplo los de vinagre, sean; aceitunas, encurtidos, ....y que, por otra parte, son excelentes compañeros para la cerveza, a mi juicio, son un desastre con el vino, sobre todo si éste es tinto.También, en ocasiones, me sorprende la poca habilidad de algunos profesionales de hostelería, que para el servicio del vino, utilizan un mal abridor (como el de arriba en la foto del centro), una mala copa, y sistemáticamente realizan torpemente una operación tan sencilla. Cortan la cápsula por encima del 'gollete', en lugar de por debajo (como en la foto de arriba), giran la botella en lugar de girar el abridor, sirven en copas, como decía, de poca capacidad, sirviendo el vino a veces en la copa de agua, que también es más común de lo que podemos imaginar. Insisto no se trata de ser un especialista, pero entre ser el campeón del mundo de corte de jamón, por ejemplo, y cortarlo a dentelladas, hay un amplio abanico de profesionales que lo realizan razonablemente bien. Con el vino pasa algo parecido, pero a mi juicio la media de servicio es más baja, que respecto al ejemplo del jamón, al menos yo tengo esa percepción.En las casas que se consume vino a diario, y normalmente sobra, existen en el mercado tapones como el de la foto, que ayuda a conservarlo, y mantenerlo más días sin que se oxide, lo anterior y tenerlo alejado de las fuentes de calor, así como utilizar una buena copa, hacen que sea mucho más agradable tomarlo, siendo en fin, sólo unos pocos los detalles que debemos seguir, pero que tienen más importancia de lo que pueda parecer, para disfrutar de los grandes vinos que tenemos, en todas las denominaciones y zonas de vinícolas, de nuestro país, sin ir más lejos.