He visitado varias veces esa ciudad histórica e industrial situada en la comarca de Aranda, en la provincia de Zaragoza, con una pequeña población que no llega a los 1800 habitantes dedicados en su mayoría a la fabricación de calzados. Con la vecina población de Illueca, con su imponente palacio castillo del Papa Luna, propiedad de los Martínez de Luna condes de Morata, y que se yergue sobre un espolón rocoso, comparten historia, tradición y economía, ya que esta otra población también tiene en el calzado su máximo exponente. En ese palacio que se divisa desde todas partes, nació y transcurrió la infancia quien sería el papa Benedicto XIII, el papa Luna, y allí volvieron sus restos. Tiene una estructura inicial mudéjar perteneciente al siglo XIV y en la actualidad está casi íntegramente dedicado a Hotel Parador de Turismo, esta población supera los tres mil habitantes y, como Brea, "respira" con olor de zapatos en sus calles.
El Castillo del Papa Luna en IlluecaPero en lo que respecta a Brea de Aragón, su tradición zapatera y su historia industrial, parece más arraigada en el plano cultural. Allí estuve en el año 1998, en la inauguración de su museo del calzado. Una superficie de 600 m2 construida expresamente para museo que en dos plantas y entre sus paredes recorren la historia del calzado en la comarca, pero también dedica espacios para la tradición artesana de la población. El museo del calzado presenta una versión virtual de la artesanía, la industria y la tecnología.
Monumento al zapatero de silla en Brea de AragónPero lo que me dio pie a escribir este artículo para la revista Fiestas Mayores, es precisamente el paralelismo entre la industria, la cultura y la tradición religiosa de Elda y Brea. Los zapatos, el museo del calzado, los monumentos a la industria y al zapatero, sus actividades deportivas con el nombre de "maestro zapatero", pero especialmente su magnífica iglesia de Santa Ana de estilo gótico tardío y que data del siglo XVI, que no sufrió como nuestra antigua Iglesia, la destrucción por la barbarie y por ello mantiene sus obras de arte, sus capillas, sus retablos.
Interior de la Iglesia de Santa Ana A pesar de la gran diferencia de habitantes entre los municipios de Elda y Brea, compartimos los mismos problemas, sentimos las mismas raíces y trabajamos por mantener la misma cultura zapatera. Un pueblo "hermano" que siempre ha estado unido al nuestro, con el que ha mantenido lazos comerciales e industriales. Un pueblo que, bajo la advocación de Santa Ana, sufre como el nuestro los avatares de la industria de fabricación de calzado y que, en momentos difíciles, confía en sus protectoras, Santa Ana y la Virgen del Rosario.
* Publicado en la revista Fiestas Mayores 2017