La electroestimulación promete activar músculos de forma activa e integral, dando lugar a una nueva técnica llamada electrofitness
Se basa en un entrenamiento con estimulación eléctrica que, con 25 minutos a la semana, promete cambiar totalmente la figura. Podría parecer que, con la llegada del electrofitness, se acabaron las máquinas de musculación, las cintas y las mancuernas del gimnasio. Pero, ¿es tan eficaz como parece? ¡Te lo contamos!
Electrofitness: un negocio en alza
El electrofitness se basa en la estimulación eléctrica múscular (EMS) que hasta hace poco sólo se utilizaba para curar lesiones. Ahora, adaptada a las personas sanas, consigue que se trabajen 350 músculos a la vez y se convierte en una aliada para ponerse en forma. Se lleva a cabo con un traje que permite adaptar el entrenamiento a las distintas necesidades y públicos. Por ello, se ha convertido en un negocio totalmente en alza.
Menos carga, ¿más efectividad?
El electrofitness se basa en la electroestimulación, para ayudar a entrenar el cuerpo con menos carga. Esto se debe a que el músculo recibe un mayor estímulo gracias a los impulsos eléctricos. Por tanto, se aumenta la tensión y el tratamiento es más eficaz. Así, por ejemplo, si hacemos un ejercicio específico de bíceps, la electroestimulación hace que el resto del cuerpo no se relaje. Por ello, una sesión de máxima intensidad puede equivaler a 3 horas de gimnasio.
Siempre como complemento
Los expertos aseguran que el plan ideal es combinar el electrofitness con otras actividades deportivas. Y, aunque depende de la condición física de la persona, lo cierto es que los resultados son visibles desde antes que con métodos más tradicionales.
Contraindicaciones
No deben someterse a este tipo de entrenamiento personas con patologías cardíacas, que lleven implantados marcapasos o con enfermedades que afecten a la circulación de la sangre. Tampoco es recomendable en personas embarazadas. Además, lo ideal es llevar a cabo el tratamiento por las mañanas.